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De EGB a LGTB

Si existen piscifactorías en las que se adiestra al cangrejo, que siendo crustáceo lo ignora, a conocer su identidad, ¿debe el Estado ayudar a niños y niñas a descubrir su identidad sexual? ¿Pueden estar los cangrejos mejor atendidos y más organizados que nuestros hijos? Vivimos un mundo sin certezas y esa incertidumbre nos corroe. En este sinvivir, la ideología sobre las certezas esenciales, la verdad objetiva, el sistema de valores culturales y la realidad espiritual superior a la materia determinan de un modo fatal, insoslayable y automático las revoluciones sociales y los cambios políticos. Luego, en el principio de todo está la ideología. Por mucho que el ginecólogo o comadrona cataloguen al nacido por su sexo, siempre estamos expuestos a que el ideólogo del Género manipule la evidencia haciéndonos comulgar con ruedas de molino. Y así como sin quererlo, nos instala en una duda desesperada: ¿Era Madame Curie un tío? ¿Fue Jorge Negrete una mujer?

Gran paso fue abandonar la EGB e ir hacia la LOGSE. De por medio se practicó tiro al blanco contra la enseñanza de la religión. Tiran piedras laicas contra el Catecismo, decían los prelados. De la clase de religión se pasó a la de instrucción sexual. Con esta novedad, el objetivo de los pedagogos era impedir que los niños supieran cómo fue creado el primer hombre. Por el contrario, no tuvieron inconveniente en que se enteraran a temprana edad de la forma en que se hizo el segundo. Aún así, la cosa estaba clara. Eugenio D´Ors, tras dictar un texto a su secretaria, le preguntó: Señorita ¿Está claro? Clarísimo maestro, respondió ella. Pues a oscurecerlo señorita, a oscurecerlo, propuso el escritor. La LGTB oscurece el panorama en demasía. Sus predicadores dicen orientar a unos pocos, pero desorientan perturbadoramente a la mayoría desdibujando límites y diferencias siempre patentes. Todo lo que resulte confuso nos sirve para la causa revolucionaria y subversiva, decían los sans-culottes antes de asaltar la Bastilla. A río revuelto, ganancia de pescadores. Hay negocios que se montan excitando instintos, provocando pasiones o fomentando la necedad.

La nueva modalidad ideológica, que pretende colarse como pedagógica, anuncia la existencia de niños con vulva y niñas con pene. Ser del Betis y del Sevilla a un tiempo. Si ha de garantizarse la igualdad de unas personas protegiéndolas ante actos discriminatorios y humillantes contra su dignidad, que ello no vulnere libertades y derechos de otras. No se debe prescindir de la familia en la educación de los hijos porque los padres tenemos el derecho a educarlos y formarlos de acuerdo con nuestras convicciones morales. Las cuestiones de conciencia deben ser explicadas e informadas a conciencia por los padres. No por comisarios ideológicos que comienzan por negar el derecho de aquéllos a la educación de sus hijos para acabar abriendo las puertas al caos, aireando gérmenes disolventes en la sociedad. De sistemas educativos ideologizados pasamos a ideologías educativas. Vuelve el adoctrinamiento. Vamos para atrás. Como el cangrejo, que es crustáceo y no lo sabe.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 15 de enero de 2017 https://www.elimparcial.es/noticia/173627/opinion/de-egb-a-lgtb.html

Coraje y corazón

CORAJE Y CORAZÓN.

Uno no distingue con nitidez cuándo decidió unir su destino a los colores rojiblancos. Como si de un chispazo en la memoria se tratara, ésta alcanza a vislumbrar la imagen en blanco y negro de una portada del diario “As” con la fotografía de una afición envuelta en banderas, bajo la leyenda Alirón, Atleti campeón. Sí resulta inolvidable aquella atmósfera tan diáfana e inocente como la que suele rodear a la primera novia o envolver al primer  hijo.

En terrenos deportivos se escucha el eco de lo importante es participar. Sin embargo, esa cultura finalista del éxito que ha acabado por imponerse empuja con insistencia a fijarse más en el resultado definitivo que en el trabajo para alcanzarlo. Y frente a quien cree que lo importante del árbol es el fruto, otros, sin embargo, perseveramos en la creencia de que es la semilla.

Los trofeos importa merecerlos tanto como ganarlos. Un resultado adverso será una contrariedad. Nunca un fracaso. Nosotros nos hemos doctorado en una escuela que sabe contemplarlo sin la menor amargura, con firmeza en nuestra fe y saludando con respeto y admiración la lucha infatigable y el sincero compañerismo de quienes cayeron en el envite. En verdad, lo percibimos y nos satisface como una victoria.

Más difícil que ganar o perder, resulta en el deporte saber digerir el triunfo o la derrota. Puede leerse en El Quijote: Llaneza muchacho, no te encumbres. Formidable valor, tanto ejemplar como formativo, cuando la vida está repleta de altibajos. Hoy todavía puede creerse en medio de la incredulidad y el pesimismo. Algo inaprensible, silencioso, potente… que anuda la garganta y estremece el cuerpo… es la insólita presencia de coraje y corazón.