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Democracia estéril

El hombre de nuestro tiempo, horrorizado por la espantosa crueldad del fascismo y del socialismo real, no toleraría un regreso a la barbarie. Pero podría conformarse con ciertas formas expeditivas de gobierno, siempre y cuando salven la apariencia de democracia. Asistiríamos a una nueva versión del totalitarismo, no tan agresiva y sin brutalidades como aquellas soluciones radicales de naturaleza colectivista del siglo XX, que avasallaron la dignidad del hombre y su libertad, sino una versión de seda, que acabe imponiendo que lo inexplicable se convierta en norma. Esta conformista actitud explica la angustiosa tendencia de Occidente a taparse los ojos ante las nuevas formas de tiranía.

El Evangelio de San Mateo contiene un pasaje acerca de la higuera estéril. Se trata de una metáfora sobre los fariseos, maestros de la ley, que no daban buen fruto a causa de su falta de fe. La enseñanza es que una higuera cubierta de hojas pero sin fruto, tiene la apariencia de vida pero no la vida. Por el contrario, el almendro es el árbol vigilante porque es el primero que florece en primavera. Es como si estuviera de guardia. A las actuales democracias les sucede lo mismo que a la higuera estéril. Resulta que el pluralismo partidista es evidente. El mecanismo de elección de representantes funciona correctamente. El respeto a la minoría está asumido. En suma, la robustez y vitalidad del sistema son buenas en apariencia. Sólo en apariencia. Tras este aspecto formal, de escaparate del edificio democrático, se halla el núcleo esencial de la democracia sobre el que se cierne el riesgo de la desviación totalitaria.

Los primeros síntomas del virus totalitario se manifiestan contra los derechos y libertades, restringiéndose por el poder con signos patentes de tutelaje y abuso. Se atropellan las libertades de expresión, de conciencia, religiosa, de educación… La carcoma totalitaria devora sutil pero severamente el edificio democrático. El intervencionismo estatal se torna hegemónico y mengua el terreno de la sociedad civil. Se dinamita la independencia de los medios de comunicación y del Poder judicial. Paulatinamente se impone el silencio de la opinión pública y se enturbia la transparencia en la gobernación de los asuntos generales. El cerco se cierra mediante la perversión del lenguaje que elabora una realidad emergente con novedosos significados. Es el nuevo caballo de Troya que penetra en las ciudadelas de hogares y aulas preñado de pensamiento débil y políticamente correcto a fin de tapar las verdades objetivas y absolutas. Aun así, lo que se muestra sigue siendo sugerente y fascinador.

Este inquietante proceso se gesta y desarrolla en nombre del progreso y la libertad. Por ello, las sociedades, adormecidas por el opio de una falsa normalidad, sucumben fácilmente al engaño, sin sospechar que mediante apariencias están siendo manipuladas. La gran lucha de nuestro tiempo se está librando contra esa apariencia de democracia que pretende secuestrar la libertad. Los ciudadanos no debiéramos conformarnos con la apariencia, sino aspirar a lo genuino y verdadero. Seamos, pues, como el almendro, un árbol vigilante y en guardia.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 16 de octubre de 2022. https://www.elimparcial.es/noticia/244313/opinion/democracia-esteril.html

Amor y no sexo

En los setenta del pasado siglo se creó el mito de una juventud impaciente por desarrollar su vida sexual y de la castidad como expresión de un medievalismo desfasado. Se aceleró la “revolución sexual”. Eran los vientos que soplaban desde el Mayo del 68: no tanto transformar la sociedad civil, como destruirla.

Cincuenta años después, el sexo vuelve a ser una prioridad, con la diferencia ahora de que no es durante la etapa juvenil, sino en la etapa infantil. Varios Ayuntamientos barceloneses han organizado encuentros formativos de contenido sexual para niños, adolescentes y jóvenes. En el municipio de Vilasar de Mar se celebró una yincana para jóvenes de entre 12 y 30 años centrada en la educación sexual y entre cuyas actividades destacaba la colocación de preservativos en un palo o reproducir posturas del Kama-sutra. En el municipio de Tarrasa se organizó un taller para niños de entre 6 y 12 años, de travestismo. El objetivo era lograr que “los niños crezcan sin prejuicios”. La ministra de Igualdad, Irene Montero, dijo en la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados que “Todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento”. Los descritos episodios no han levantado tanta polvareda como sí el vídeo, masivamente difundido y aireado, de los colegiales del Mayor Elías Ahuja asegurando a las colegiales del Mayor Santa Mónica un encuentro sexual en una capea organizada entre ambos colegios. Y es que como decía Septimio Severo hay dos clases de ceguera que se combinan fácilmente, la de aquellos que no ven lo que es y la de aquellos que ven lo que no es.

La sexualización de la infancia a cargo de organismos infortunados y dirigentes públicos descerebrados es una precipitación en el ritmo de aprendizaje y formación del niño. A los 8 o 10 años no se tiene inquietud alguna sobre un tema como el sexo. Corremos el riesgo de que en nombre del progreso saturemos a los niños con sexo creando adultos confundidos y extraviados. En esta sociedad se ha creado un tremendo vacío moral bajo el dogma progresista de “quien se opone a mis deseos atenta contra mi personalidad”. Algunos parecen actuar espasmódicamente lanzados hacia un desenfrenado hedonismo. Hay posiciones de izquierdas infumables hasta por las “normales” gentes de izquierdas. Para el desarrollo infantil, resultaría más conveniente hablar de amor y de enamorarse. El amor, el interés por la criatura amada es lo que más humaniza al hombre. El vicio cuenta con una buena prensa. El amor, el simple y maravilloso amor, origina risas y protestas. Según Pascal, de nada sabemos todo y es que al hombre le es necesario el sentido del misterio. A fuerza de tanta sorpresa, terminamos por no asombrarnos ya de nada y por no apreciar nada por hermoso que sea. Bien lo afirmaba el gran Ruano: “el amor empieza en un presentimiento que al hacerse sentimiento es ya conocimiento”.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 9 de octubre de 2022. https://www.elimparcial.es/noticia/244044/opinion/amor-y-no-sexo.html

A por los ricos

Uno de los documentos más enérgicos de la Revolución bolchevique, firmado por Lenin y Stalin y publicado el 31 de mayo de 1918 en Pravda, comenzaba así: “¡Obreros y campesinos, honrados ciudadanos trabajadores de toda Rusia! Estamos ante las semanas más difíciles. El pan escasea en las ciudades. La población proletaria está preocupada por su destino. Los enemigos del pueblo se aprovechan de la penosa situación, que ellos mismos han propiciado, para sus propios fines criminales, siembran la confusión e intentan arrebatar el poder de manos de los obreros y campesinos. Los antiguos generales, los terratenientes, los banqueros levantan la cabeza. Tienen la esperanza de que el pueblo, en su desesperación, les permitirá adueñarse del poder en el país”.

Bajo la habitual pitada contra Sánchez, advertía éste en la puesta de largo de esa cínica y cursi campaña de Somos el Gobierno de la gente, de la existencia de unos poderes oscuros que maquinan contra él: los grandes empresarios, las terminales mediáticas y los banqueros, reduciendo a todos en el saco de la derecha política, económica y mediática, que se mueve por los intereses particulares de unos pocos. “Igualico, igualico que el difunto de su agüelico”, sentenciaba la abuela de Agamenon, aquél conocido personaje de tebeo del pasado siglo. Sánchez, como nieto ideológico de aquellos tatarabuelos creadores de la espantosa Rusia soviética, también emplea ese viejo recurso, propio del totalitarismo, consistente en espolear el miedo ante un supuesto enemigo presente. Evidenciando así un vicio propio de dirigentes políticos incapaces con su gestión de generar confianza y credibilidad entre la ciudadanía, necesitando, por ello, de urgentes “adhesiones inquebrantables”.

Cierto es que Sanchez no ataca a sus enemigos con bayonetas, como sí sus antepasados comunistas. El los combate mediante impuestos. Primero fue el impuesto a la banca y a las empresas energéticas; ahora anuncia un impuesto a los ricos. La incertidumbre generada ante este nuevo “impuestazo” es qué se entiende por rico. Porque de continuar Playbol, la empresa del padre de Sánchez, mejorando su cuenta de resultados, el hijo terminará dándole un sablazo al progenitor al gravar fiscalmente a contribuyentes acaudalados. Salvo que la ministra de las cuentas y los cuentos invente una exención fiscal para “nuevos ricos”, por ejemplo, aquellos que, del 2020 en adelante, al socaire del sanchismo, han medrado hasta engordar su patrimonio. Otra alternativa que le queda al padre es adherirse a la explicación que Angel Ganivet apunta en su Idearium español: “el ocultar la riqueza a las investigaciones del fisco es un acto social tan instintivo como el de cerrar los ojos ante el amago de un golpe”.

A la izquierda nunca le ha gustado que el dinero fluya en los bolsillos de los ciudadanos, sino que prefiere administrárselo, planificando a su antojo el Estado del bienestar a base de sectarismo, demagogia, ineficiencia y despilfarro. Y es que no solo ricos y millonarios, también obreros, agricultores, autónomos, incluso, estudiantes, están hasta la coronilla de este Gobierno, en el que hay más gente que personas.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 25 de septiembre de 2022. https://www.elimparcial.es/noticia/243403/opinion/a-por-los-ricos.html

El controlador

En un debate televisado durante las elecciones presidenciales de 1980, Ronald Reagan le espetó a Jimmy Carter: “Usted es como el curandero que se enfada cuando aparece un médico con un tratamiento que funciona”. Durante el último debate del Estado de la Nación, Pedro Sánchez reprochó al líder de la Oposición, Alberto Núñez Feijóo, que formulara el “diagnóstico del curandero que no dispone de datos y se beneficia de la enfermedad”, por asegurar el líder del PP que la inflación que padecemos “está provocada por el Gobierno y que con otro Gobierno no hubiera pasado”.

Más de tres meses después de aquel reproche, Sánchez no puede controlar la inflación, que continúa desbocada siendo la protagonista del escenario económico nacional. El Gobierno es incapaz de actuar como un bienhechor médico que, aplicando el tratamiento efectivo que funciona, combatiera la enfermedad y obligara a la inflación a hacer mutis por el foro. Y para mayor agravamiento, el mismo Gobierno insiste en un incremento de la presión fiscal, cuando no sólo la Oposición, sino también algunos barones socialistas no alineados con las tesis de Moncloa, se afanan por aliviar la carga tributaria sobre los sufridos ciudadanos mediante bajadas de tipos impositivos. El curandero enfadado tacha de “insolvente” a Feijóo y de “brujos fracasados” a quienes sostienen que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos. Si para sostener el Estado del bienestar hacen falta impuestos, también resulta necesario gastar con eficiencia. Sobran esos inútiles Ministerios y toda una legión de asesores que ni siembran ni recolectan. Por no hablar de la sanidad pública, cuyo modelo de gestión, heredado del franquismo, resulta ineficiente.

Viendo sus mañas, puede decirse de Sánchez que recuerda mucho a Franco. Al igual que el dictador, le gusta mandar y tener todo bajo su férreo control. Sánchez es un controlador nato. Desea dominar las instituciones: la Fiscalía, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Banco de España, el INE, Indra, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, RTVE, la SER y el resto de la prensa. Y, a través del centralismo fiscal, persigue manejar todo el sistema de financiación autonómica, esto es, todas las Comunidades Autónomas.

Decía don Gregorio Marañón en sus Ensayos liberales que “ser liberal es, precisamente, estas dos cosas: primero, estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo; y segundo, no admitir jamás que el fin justifica los medios, sino que, por el contrario, son los medios los que justifican el fin. El liberalismo es, pues, una conducta y, por lo tanto, es mucho más que una política. Y, como tal conducta, no requiere profesiones de fé sino ejercerla, de un modo natural, sin exhibirla ni ostentarla. Se debe ser liberal sin darse cuenta, como se es limpio, o como, por instinto, nos resistimos a mentir”. Sánchez, como Franco, no es liberal. Si bien, Franco podía nombrar obispos, pero Sánchez no. Por ahora.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 2 de octubre de 2022 https://www.elimparcial.es/noticia/243734/opinion/el-controlador.html

Cervantes hoy y siempre

Cuenta Miguel Herrero García en su obra Vida de Cervantes que “el día del bautizo de Cervantes bañaba la ciudad de Alcalá de Henares un sol otoñal tibio y dorado”. Días antes, el 29 de septiembre de 1547, nació un personaje inmortal para España y también para la Humanidad. Su prolífica obra literaria culmina con la mejor novela que ha producido el género humano, El Quijote, de la que Vicente Blasco Ibáñez diría “es la biblia de nuestra raza y representativa del espíritu español y del espíritu de toda la Humanidad”. Los ingleses lo saben muy bien, ya que la veta mejor de su novela (Fielding, Dickens), se deriva de Cervantes, quien en opinión del filósofo Higinio Marín, da sepultura a una época, una vez que se había hecho obvio lo delirante que era creer lo que decían los libros.

En esa eterna obra, el héroe de Lepanto separó en absoluto la justicia española de la justicia vulgar de los códigos y tribunales: la primera la encarnó en don Quijote y la segunda en Sancho Panza. Los únicos fallos judiciales moderados, prudentes y equilibrados que en el Quijote se contienen son los que Sancho dictó durante el gobierno de su ínsula; en cambio, los de don Quijote son aparentemente absurdos, por lo mismo que son de justicia trascendental: unas veces peca por carta de más y otras veces peca por carta de menos; todas sus aventuras se enderezan a mantener la justicia ideal en el mundo; y en cuanto topa con la cuerda de galeotes y ve que allí hay criminales efectivos, se apresura a ponerlos en libertad. Confirma Angel Ganivet en su Idearium español que “las razones que don Quijote da para libertar a los condenados a galeras son un compendio de las que alimentan la rebelión del espíritu español contra la justicia positiva”.

En sus críticas y denuncias Cervantes siempre se manejó magistralmente con humor. El humorismo, signo de aristocracia espiritual, es acaso, la más sutilmente humana de las manifestaciones de la literatura. El maestro Indro Montanelli enumera “los medios que el hombre ha inventado para destruir una doctrina y defender otra: el análisis, la crítica de textos, el relato, el diálogo, el apólogo, la sátira, la anécdota, la caricatura. Todo ello manejado con agilidad de palabra y de mente”. Una profunda manifestación del humor cervantino es el tratamiento que en la narración se otorga a Rocinante, único caballo de la literatura que, según Gerald Brenan, tiene individualidad. De Rocinante se conocen no sólo los mínimos detalles de su anatomía, sino su carácter y costumbres. Se sabe cómo solía correr y hasta cómo dormía, en amistad con el rucio de Sancho Panza. En episodios, como el de los yangüeses, una humorada de Rocinante es la causa de todo. De muchas desventuras de don Quijote tiene la culpa él. Todo ello es algo más que una casualidad o un capricho.

Decía Cervantes que la valentía es una virtud que está puesta entre dos extremos viciosos como son la cobardía y la temeridad. “Entre cobarde y temerario está el justo medio de la valentía” proclama Sancho Panza. Y Cervantes fue valiente al criticar y denunciar los males de una época que, por intemporales, se padecen también en cualquier momento. En la hora presente debemos ser valientes para erradicar la maldad que nos acecha. Para denunciar a cuantos disparatados “atienden solamente a deleitar y no a enseñar”, persuadiendo de que “el sol no alumbra y el hielo no enfría”. “Ni razón de Estado ni modos de Gobierno”. “Más falsos que El Quijote de Avellaneda”.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 18 de septiembre de 2022. https://www.elimparcial.es/noticia/243122/cervantes-hoy-y-siempre.html

Farsantes y golfos

Afirmaron representar a todo un pueblo enfurecido y sediento de justicia que pretendía asaltar el salón del trono. Comenzaron con la tabarra de la nueva política. Y sentenciaron al bipartidismo, especialmente, a la Transición, como vieja política. Garantizaron que venían a regenerarnos y han resultado ser ellos unos degenerados. Se mostraron como verídicos cuando han obrado como farsantes. Siempre sospechamos de lo raquítico y sectario de su proyecto cuando su ocurrencia de gala aseguraba que el camino más corto entre dos puntos es la línea curva y no la recta. Caminos torcidos trazados por vengativos guías que pretendían darnos continuamente lecciones morales de ida y vuelta. Vacíos de ideas pero afamados en el postureo ideológico, implantaron una locura colectiva de odio y revancha.

El conocimiento y la sabiduría enseñan que la experiencia y la costumbre son opuestas a la utopía. Y estos utópicos mentecatos, ni eran expertos en nada ni estaban acostumbrados a trabajar. Y claro, sus engaños no han resistido el baño de la realidad. Con propuestas caducas, viven de espaldas a su tiempo olvidando esa máxima de “sé de tu día y serás de siempre”. Ya no sorprende que antes se atrape a un podemita que a un cojo. Tropa de mangantes, pintureros, gorrones que solo saben gritar y escupir. Han cometido el error más peligroso en todo movimiento humano: pasarse de listo. Y es sabido que pasarse de listo es empezar a ser tonto.

Nuestro refranero contiene el mayor canto a la desconfianza ante esta turba: “Piensa mal y acertarás”. Inmejorable eslogan para definir la impresión de hartazgo que se ha instalado en la conciencia colectiva de millones de ciudadanos ante toda aquella legión de titiriteros y perroflautas, conocida de manera elegante como Movimiento 15-M, debido, decían ellos, a una crisis de representatividad. Vulgares chorizos aspirantes a condenar a los españoles a la mansedumbre del rebaño mientras ellos llenaban sus bolsillos.

En su clarividente ensayo, Sobre la libertad, Stuart Mill expuso cuatro razones por las cuales una sociedad libre necesita la libertad de expresión: la primera y la segunda dicen que las opiniones contrarias pueden ser verdaderas o verdaderas en parte. Por tanto, es conveniente que sean oídas a fin de corregir los propios errores. La tercera y la cuarta razones sostienen que, aunque las opiniones contrarias sean erróneas, sin embargo, conviene divulgarlas ya que pueden servir para que la gente recuerde la verdad, evitando que, con el tiempo y a falta de discusión, la verdad corra el riesgo de olvidarse y perderse.

Tras más de una década, nuestra democracia con su gratificante libertad de expresión ha testado a Podemos. Hoy sus líderes están cuestionados: La mayor parte, electoralmente; otros, judicialmente. Pero todos arruinados moralmente como cínicos con su originario icono a la cabeza que, tras abandonar Vallecas por un aburguesado chalé en la sierra de Madrid, tuvo que dejar la política por falta de apoyo popular. Lo sorprendente no es lo golfos que son, sino lo rápido que han aprendido a serlo.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 26 de junio de 2022. https://www.elimparcial.es/noticia/240430/opinion/farsantes-y-golfos.html

¿Por qué las civilizaciones se suicidan?

¿Debe respetarse la decisión de un enfermo terminal que ha decidido someterse a un procedimiento eutanásico? ¿Debe impedirse a una persona desesperada arrojarse al vacío desde la azotea de un rascacielos? ¿Es la vida un bien a proteger siempre? ¿Por qué es delito destruir nidos de golondrina o robar huevos de cría de aves? ¿Por qué se despenaliza el aborto? ¿Es cruel una corrida de toros? ¿Y descuartizar a un feto en el seno materno? ¿Empieza a primar sobre la vida el antojo del yo?

Los expertos ya alertan del riesgo que para la economía mundial supondrá en unos años el envejecimiento de la población. Según datos de la Organización Mundial de la Salud en 2030, una de cada seis personas tendrá 60 años o más y el porcentaje de habitantes del planeta mayores de 60 años aumentará un 34%, sobrepasando al porcentaje de adolescentes y jóvenes en 2050. La consecuencia económica de este inquietante escenario es menos demanda y menos crecimiento del Producto Interior Bruto. Correlativamente a ello, menos gasto público en materias como pensiones, sanidad o educación. Algunos países ya han comenzado a activar políticas tendentes a paliar los problemas que se avecinan. Paradigmático fue el caso de China, que suprimió en 2015 la imposición del hijo único y recientemente ha elevado de dos a tres el número de hijos permitidos por pareja. Otros países, especialmente europeos, promueven ayudas por hijos o posponen la edad de jubilación en varios años. ¿Será suficiente?

Existen cálculos que indican que desde finales de los sesenta y primeros de los setenta, en que se legalizó el aborto (Reino Unido, 1967; Finlandia 1970; y Dinamarca, 1973), hasta hoy, la población de Europa se habría incrementado en más de 100 millones de habitantes. Actualmente, los europeos representan solo el 8% de la población mundial. Lejos del 20% que representó a principios del siglo XX. Se calcula que para 2050, la población de Europa representará tan solo el 5% de 10.000 millones de seres humanos. Una pequeña minoría que ¿quién sabe? no se verá abocada a la insignificancia y, posteriormente, a la desaparición. La Historia nos muestra episodios de suicidios de civilizaciones.

En España, también padecemos un grave problema de envejecimiento poblacional, de despoblación en áreas rurales y, por ende, de sostenimiento del sistema público de pensiones y del gasto público en sanidad y educación, además de riesgos evidentes que se ciernen sobre la economía. Sin embargo, no solo no se impulsan políticas de fomento de la natalidad, sino que bajo la justificación del ficticio derecho a la salud reproductiva de la mujer, llevamos años abriendo más y más la puerta de la legalidad a prácticas abortivas, al mismo tiempo que se difunde una cultura de la muerte humana que parece tener mejor prensa que la muerte animal. Una sociedad que se escandaliza por el sacrificio de un perro llamado Excalibur, pero permanece de verbena ante el aborto o la eutanasia es una sociedad desesperada que marcha directamente al precipicio. O sea, al suicidio.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 29 de mayo de 2022. https://www.elimparcial.es/noticia/239386/por-qu-las-civilizaciones-se-suicidan.html

La política maleducada

Resulta alarmante el sectarismo que rezuman algunos párrafos redactados en los libros de texto con los que serán adoctrinadas las próximas promociones de escolares españoles. Frente a ello, cabe advertir de los riesgos de un sistema educativo politizado. Pero ya que hablamos de educación y política, convendría detenerse en otro mal que aqueja a España: la política maleducada. Si la educación no ha de ser politizada, la política sí ha de ser educada.

La tentación de generalizar suele ser irresistible, pero con ánimo de no caer en ella, podría afirmarse que el nivel de cortesía parlamentaria en nuestra democracia ha descendido paulatinamente en los últimos años, revelando que la mala educación se ha adueñado del escenario político y amenaza con dinamitar la convivencia democrática. Al mismo tiempo, se ha incrementado el número de diputados y senadores con precario bagaje intelectual o académico. Incluso, asistimos a la inquietante proliferación entre los parlamentarios de títulos universitarios simulados, otra descarada inmoralidad de nuestra clase política, que hace tiempo dejó de ser ejemplar. Si la mayoría de ella tuviera que prescindir de su oficio, difícilmente encontraría un medio digno con que ganarse el sustento.

La grandeza y, a la vez, miseria de la democracia es que cualquier tipo achulado con tendencia a la vulgaridad demagógica y al grosero epíteto, propios de un agitador encaramado en una tribuna, llegue a erigirse en representante legítimo de la soberanía nacional. No se trata de imponer restricciones a la representación popular, pero sí convendría para la higiene y la salud públicas exigir cierto nivel de preparación, instrucción y educación a la hora de ejercer el noble y olvidado arte de la política. Si a ello se sumara un pétreo revestimiento moral con que cubrir el perfil del servidor público, podríamos concebir, por fin, el ejercicio de la política, no como una agencia de especulación en busca de rendimientos pingües, ya sea en preeminencias personales, ya sea en frutos pecuniarios, es decir, corrupción, sino en el alto sentido de una esmerada entrega al servicio del Bien Común, además de una ilustre categoría dentro de las más notables disciplinas de la mente humana.

Llevamos un tiempo en que el Parlamento parece campo abonado para una vastísima siembra de ignorancia y odio. Ambos elementos encuentran su mejor acomodo entre mentes escasamente preparadas y en exceso toscas, además de perturbadas por una saturada ideologización de la vida pública. ¡Qué necesario es el sosiego entre los dirigentes de los partidos políticos que permita mantener serenos los nervios ante una campaña electoral que se avecina flanqueada por el revanchismo de los unos y la tolerante condescendencia de los demás! Pero más necesaria es aún la coherencia de quien acuna los destinos de los españoles, ayuno de sentido político y de sentido moral. Porque quien dice ser presidente del Gobierno de España no puede sostenerse en su cargo aupado en las manos de quienes desean el derribo la nación española.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 5 de junio de 2022. https://www.elimparcial.es/noticia/239655/la-poltica-maleducada.html

Pastores, líderes

España está tan vaciada que apenas quedan pastores o líderes. Son lo mismo. Los pastores atesoran cualidades de líder. No viceversa. Tienen los pastores buenos andares y excelente vista. Promover y dirigir una empresa requiere estrategia y audacia. Mirada larga y paso corto. Una y otro tienen los pastores para dar y tomar. Vísteme despacio que tengo prisa. “Con la prisa de un sastre en vísperas de pascuas”, se lee en El Quijote para sinonimizar al apresurado, al precipitado, al alocado. “Los ojos sirven para algo más que para mirar, para algo que parece lo mismo y que no es lo mismo: para ver”, escribió el insigne Ruano en sus habituales columnas.

Los pastores son no eruditos, sino cultos porque conocen su entorno, que cultivan con frecuencia. Miran al cielo y saben si lloverá o hará calor. Granizará, helará o habrá ventisca. Curan heridas cicatrizándolas a base de naturaleza; algo de curanderos tienen. Son sencillamente, unos personajes singulares. No en vano, fueron los primeros en conocer aquél gran acontecimiento que partirá en dos el calendario de la Humanidad, antes y después de Cristo. “A Belén pastores”, canta el villancico. Y hasta David, vencedor ante Goliat, era un humilde pastor. Eso no quita para que algunos estén en Babia: Aquellos pastores originarios de dicha villa que descendían desde León hasta Extremadura y la Andalucía Occidental por la cañada leonesa, en busca de zonas de herbaje para sus rebaños. En las noches claras ante la hoguera, quedaban ensimismados observando la luna y las estrellas. Uno de sus compañeros advertía: “¿Qué le pasa a ese?”. “Déjalo, que está en Babia”, decía otro, que le sabía acordándose de su tierra.

Ser pastor es vocacional. Viriato, aquél caudillo lusitano que se resistió a la dominación romana de la Península, era pastor; y tanto le satisfacía su labor pastoril que prefirió volver con su rebaño antes que seguir guerreando. Pero terminó siendo asesinado por la traición de los suyos. Ser pastor encierra algo de liderazgo. Sobre todo por la humildad y el servicio que atesora. “Humus” significa suelo. Nadie mejor que un pastor para estar pegado al terreno. Qué mayor servicio que el dirigir a un puñado de bocas hambrientas hacia mejores lugares para saciar el hambre. En nuestros clásicos el campo es soledad. ¿Y qué es el liderazgo, sino soledad? Hay una literatura de hondo arraigo entre nosotros, con su plasticidad musical, pastoral y campestre, de siembra y siega. Lo bucólico y pastoril está presente en Cervantes. Leguas de campiña y millones de españoles que aran su vega, escardan su huerta y empujan su ganado en la dehesa. En tiempos como los de ahora, que padecemos esa España rural vaciada y huérfana de líderes, cobran vigor las palabras de Ortega y Gasset: “No creo posible otro camino para llegar a la prosperidad de España que el que pasa por el campo”. No nos engañemos, unos hombres sirven para pastor, otros para mastín de ganado. Nos faltan líderes y pastores. Son lo mismo.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 1 de mayo de 2022 https://www.elimparcial.es/noticia/238392/pastores-lderes.html

Esquizofrenia diabólica

En el período de entreguerras, mientras la democracia era un anatema, los totalitarismos estaban de moda. El nazismo hacía furor entre quienes veían en Hitler el mejor freno a la expansión del comunismo soviético. Al entusiasmo de los partidos europeos afines, se sumaba el agrado con que el jerarca nazi era visto por parte de la opinión pública y de los sectores industriales de EEUU. Hasta la revista Time le nombró personaje del año en 1938, por haber devuelto a Alemania a un lugar destacado en el concierto internacional. Sin embargo, ya por entonces ocurrían sucesos inquietantes bajo el régimen nazi. Cuando en 1945 se descubre el horror de los campos de exterminio, una ola de remordimiento sacudió la conciencia de muchos espíritus.

El comunismo estalinista con sus brutalidades y terror no le iba a la zaga al nazismo. Durante apenas dos años, de agosto de 1939 a junio de 1941, Hitler y Stalin fueron aliados. Incluso, el dictador soviético felicitó al alemán al tomar éste París en junio de 1940. Cuando se firmó el Pacto Molotov-Ribbentrop en 1939, la esquizofrenia se apoderó de muchos de los seguidores de uno y de otro totalitarismo. Cuenta Anne Appelbaum en El telón de acero que tras ese pacto con la Alemania nazi, el comunismo protagonizó el mayor ejercicio de incoherencia. De la noche a la mañana los partidos comunistas de todo el mundo recibieron la orden de atenuar sus críticas al fascismo y abandonar los frentes populares. La propia Komintern se sumió en la esquizofrenia y en Moscú se hicieron grandes esfuerzos para mantener la moral. Sería la invasión de la URSS por Alemania en 1941, la que devolvió el sosiego a la Komintern, que ordenó retomar los frentes nacionales con socialdemócratas, centristas y hasta capitalistas burgueses para derrotar a Hitler.

Una alianza contra natura que se prolongó en los frentes de batalla durante la II Guerra Mundial. Las democracias occidentales lucharon codo con codo con la URSS para derrotar a Hitler. Cuando se acercaba el final de aquella conflagración, Churchill, persuadido ya de cómo se las gastaban los soviéticos, pronunció una de sus clarividentes frases: “Hemos combatido a un demonio aliándonos con otro demonio”. La consecuencia fue una Guerra fría hasta que se derribó el muro de Berlín. Se recrea hoy un escenario demoníaco y plagado de contradicciones. Existe una corriente de opinión, extremista y antidemócrata, que enaltece a Putin como líder capaz de evitar la decadencia de una Europa engullida por el denominado “globalismo”, a cuya cabeza se situaría el siniestro George Soros. Afectados de esquizofrenia algunos justifican la terrible invasión rusa de Ucrania alegando que es un acto en legítima defensa. No nos vamos a asombrar ahora de la obra de albañilería laica que desde hace varios años viene diseñando la ONU a base de escuadra y compás. Y quizás Soros ande en ello. Pero mal hacen algunos aliándose con un diablo en su afán de combatir a otro diablo. Es doctrina cristiana que el fin no justifica las diabluras.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 10 de abril de 2022. https://www.elimparcial.es/noticia/237683/opinion/esquizofrenia-diabolica.html