Archivo por meses: diciembre 2020

¿Navidad o vanidad?

Confundir la gimnasia con la magnesia es el riesgo que corre quien no tiene las cosas claras. En fechas tan entrañables como las que se avecinan, propicias siempre para comenzar de nuevo, algunos padecemos una especie de daltonismo auditivo que nos lleva a confundir la Navidad con la vanidad. Semejante extravío en los sentidos nos arrastra fatalmente a perder el sentido de la vida. Es entonces cuando nos ocupamos y preocupamos más de nosotros que de los demás. Es también cuando lentamente nos resbalamos pendiente abajo hacia un frío vacío quedando sepultados bajo la espantosa soledad de los desiertos de hielo. De nada sirve que rebose nuestra agenda de cansinos eventos de voy y vengo y a ver si nos vemos o llamamos ni que vayamos acompañados de una anónima multitud. Con semejante algarabía ni percibimos los signos ni escuchamos el silencio.

Quienes confundimos Navidad con vanidad encontramos dificultades para renunciar a nuestras egolatrías e idolatrías; para despojarnos de nuestro altivo yo y del oropel de lo superfluo. Nos resistimos a cancelar nuestros nefastos egoísmos y nuestras caprichosas frivolidades que avariciosamente acumulamos en abundancia. Nos cuesta un triunfo desembarazarnos de ese apego por lo material y por materiales que estrepitosamente se vienen abajo como castillos de naipes; de esas ataduras sociales, que cual dictaduras políticas, limitan la libertad y censuran la verdad. Sin saber cómo quitarnos los miedos y el desánimo y, sobre todo, sin aprender a controlar esos sentimientos tan desconcertantes de soberbia, envidia o ira que se nos adhieren al corazón y nos embolsan en callejones sin salida, terminamos reconociéndonos débiles, frágiles, vulnerables. ¿Alguien lo duda tras un año inolvidable? Bajémonos del pedestal, mejor dicho, no volvamos a él ni lo miremos, siquiera, con nostalgia. Allí solo descansan las estatuas.

Pero otra vez, como siempre, es tiempo de salvación. Intentarlo de nuevo, renovarse, convertirse, purificarse, empaparse en ese espíritu navideño pacífico, generoso y abierto hacia el otro. La Navidad lo es porque desde la intimidad del hogar familiar enlaza con la acción universal de interesarse por el bien del prójimo. Y mucho tiene la Navidad de acción salvadora y bienhechora. No despreciemos nuestro diminuto esfuerzo para luego transformar el mundo. Porque en nuestra filiación divina anida una poderosa fuerza transformadora. Con sencillez y humildad, sin artificios ni imposturas. Con espíritu sobrenatural. Con fe y confianza abriguemos la esperanza que no defrauda: Aquél que nació entre pañales y habitó entre nosotros. Navidad, no vanidad. Navidad Feliz.

Independenazis

Hitler vociferaba: los judíos arruinan Alemania. Chillan los independenazis: España nos roba. Aquél mandó incendiar el Reichstag. Estos han abatido al Parlament. El totalitarismo engaña para justificar su relato redentor y su barbarie. Acosar a alcaldes defensores de la ley revela esa insidiosa falta de respeto hacia el adversario político que impera en Cataluña desde hace años. Destrozar vehículos policiales evidencia esa loca prepotencia de quien se cree legitimado por una historia hecha a su medida. Atacar el comercio de quien disiente es un siniestro revival en versión estelada de la esvástica campeando durante La noche de los cristales rotos. Tras años adoctrinando en las escuelas mediante libros de texto que falsifican vergonzosamente los hechos hasta lo irrisorio, el secesionismo usa a sus Hitlerjugend para tomar la calle e, incluso, la Universidad, doctorándose los estudiantes como soldados políticos, tal y como se les exigía bajo el nacional socialismo. Y para cerrar un irresponsable círculo infernal, centenares de sacerdotes ansían una supuesta Iglesia catalana, emulando aquél Cristianismo alemán, títere del III Reich y preocupándose más por el territorio y la frontera que por salvar almas. ¿Y son estos quienes quieren dialogar? Claman democracia y avasallan a la oposición. Invocan la ley los mismos que la vulneran. Presumen de pacíficos cuando imponen una guerra de nervios. Inventan su derecho a decidir allí donde el ordenamiento no lo contempla. Y así revientan la legalidad. Una revolución consiste en alterar una Constitución a través de medios no previstos por ella.

Quien se sitúa fuera de la ley, delinque, y acaba convertido en delincuente y con probable destino en prisión; preso común, no político. Error conceptual inexplicable en un profesor universitario de Ciencias políticas, metido a demagogo populista. Pablo Iglesias debiera volver a la tarima docente a explicar a sus alumnos dos golpes de Estado contra la democracia española: el 23-F en el Congreso de los Diputados y el 8-S en el Parlament. Pero como el de todos los izquierdistas radicales, el drama de Iglesias es que está enfermo de sectarismo y demagogia. Y el aquejado más crónico es Rufián, tipo achulado que dispone de dos equipaciones cuando salta a la tribuna del Parlamento: la negra del fascismo y la parda nazi. Su crispación totalitaria siempre sintoniza con ambos colores. Esta turba no persigue la independencia de Cataluña, sino la destrucción de España, la quiebra de un Estado democrático y de Derecho.

Los catalanes están hoy en manos de agitadores más que de gobernantes. ¿Quién se ocupa de los problemas de la gente? ¿Dónde están las élites catalanas? ¿Dónde quedó aquél catalanismo inspirado y dirigido por Francesc Cambó que, rechazando al separatismo y al marxismo, pretendía influir en la dirección de la política española. ¿No se dan cuenta algunos que en Cataluña pero también en el resto de España los tontos y los malvados van aumentando y tornándose en amenaza? Es la libertad la que hace que, a pesar de pertenecer a orillas diferentes, muchas personas se encuentren más cerca que nunca. Entre demócratas no se va a la guerra. Sí cabe solución si previamente cabe concordia y sentido común. En Historia de un alemán, Sebastián Haffner afirma: Ni Austria ni Checoslovaquia, el primer territorio ocupado por los nazis fue Alemania. Y Alemania dejó de ser Alemania. Los independenazis pretenden que Cataluña deje de ser Cataluña.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 24 de septiembre de 2017. https://www.elimparcial.es/noticia/181801/opinion/independenazis.html

Inés

Inés Arrimadas, la Agustina de Aragón al catalánico modo, nos decepcionó abandonando aquél cañón de sufragios con el que había tumbado al independentismo en Cataluña para cruzar el Ebro y hacer política en Madrid. En la ribera del Manzanares aspiraba a tener más cañones. Y aunque hoy es la jefa, sin embargo su partido parece casi en retirada y, por ahora, solo dispone de una escopetilla de feria, que algún susto que otro puede aún dar.    

Con estruendo Inés ha cruzado el Rubicón para adentrarse en territorio progresista minado de opacidad, sofismas y engaños, exclamando como Julio César “alea jacta est. Sigamos adelante hacia donde nos llaman las señales de los dioses y la iniquidad de los enemigos”. Sin embargo, Inés no es Hernán Cortés quemando sus naves; y si no la tranquiliza un sólido plan B, podría regresar del lado opaco de la coalición volviendo en sí tras catorce días febriles y estupefacientes, que son, según los expertos, suficientes para saberse infectada por el virus ideológico propagado desde Moncloa. Solo un Gobierno con mayoría absoluta de fiar podría prescindir alegre y confiadamente de un plan B. De lo contrario, debiera disponer de plan B, C o D, de dimisión. 

Hay personas que quedan satisfechas por verse con fama aunque sea infame. El templo de Diana en Efeso fue incendiado por Eróstrato, solo porque quiso hacer su nombre inmortal. Los de Efeso para castigarle ordenaron que nadie lo nombrase como autor del suceso, pero Teopompo lo hizo. Así, este incendiario pasó a la posteridad, como siglos después pasaría Goering, que prendió fuego al Reichstag, arrastrando también en la Historia el nombre de Van der Lubbe. Porque a río revuelto, ganancia de demagogos sin escrúpulos que especulan con la ingenuidad y la estupidez de la masa. Famosos por curar más que por prevenir, curanderos que, según Reegan, luego se enfadan cuando aparece un médico con un tratamiento que funciona.   

“No soy un dictador, solo he simplificado la democracia”, dijo Hitler tras convertir la República de Weimar en el Tercer Reich. Partidario de plebiscitos y ultimatúms, acumuló tanto poder porque nadie le paró los pies a su debido tiempo. En 1938, ni Chamberlain ni Daladier quisieron prevenir en Munich. Sería un año más tarde, cuando Churchill y De Gaulle se vieron obligados a curar. Los primeros anhelaban la paz y tuvieron la guerra, luego ganada por los segundos. En 1958, De Gaulle daría a elegir entre él o el caos. Ante el caos del mando único, Inés ha preferido salvar vidas. Para más tarde salvar haciendas. Pero corremos el riesgo de que por salvar vidas y haciendas se nos hunda la libertad, y se nos ahogue la verdad. La gente está harta de oír siempre los mismos embustes sabiendo que la verdad no la van a escuchar. Ojalá que Inés vuelva para defender la libertad con aquel cañón con el que derrotó a la mentira y al totalitarismo. Porque nos hará falta.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 10 de mayo de 2020. https://www.elimparcial.es/noticia/212929/opinion/ines.html

El chalé y la chalesa

Gracias a la economía de libre mercado y la democracia, Pablo Iglesias e Irene Montero han pasado de vivir en una frágil tienda de campaña en Sol a un chalet de ensueño en Galapagar, nueva tierra prometida como lo fue Torrevieja para tantas parejas concursantes y concursantas del Un dos tres. La prosperidad de este matrimonio tan afortunado es la prosperidad de España. ¡Si Girón de Velasco y Pepe Solís levantaran la cabeza! ¡Ni un español sin pan ni un hogar sin lumbre! Su veloz progreso es el de tantos matrimonios de bien que, diciendo adiós a la dura y desagradable crisis económica, disfrutan de una merecida promoción social y se reencuentran con la hipoteca y el hipoteco accediendo a una espaciosa casa provista de piscina y piscino con que combatir el calor del verano y la calora de la verana. Atrás quedaron las impertinentes estrecheces económicas que impedían el florecimiento de las familias y el ensanchamiento de los hogares.

Iglesias confiesa que la adquisición de la maravillosa morada (y morado) no se ha hecho con fines especulativos. Ramón Espinar, el inmobiliario, ha agradecido lección tan impagable. Montero, esperanzada y jubilosa, dice iniciar un fascinante proyecto de vida y de familia. España entera desea fervorosamente que este joven y podélico matrimonio rebose de retoños y retoñas el nuevo hogar, infundiendo en aquéllos y aquéllas el sentido de la vida familiar y el cultivo de las virtudes hogareñas, y proporcionando a la madre patria fieles contribuyentes y esmerados cotizantes a las arcas públicas. En este negociado, Monedero prestará asesoramiento como fuente de cotización a la Seguridad Social. Los españoles esperan que con su instinto revolucionario y básico, Pablo e Irene logren dar un vuelco a nuestras raquíticas tasas de natalidad. Además de su conversión al capitalismo y a la democracia, la pareja y el parejo querrán que sus hijos reciban la clase de religión en lugar de instrucción sexual. Que los niños aprendan cómo fue creado el primer hombre, antes de saber a edad temprana la forma en que se hizo el segundo.

Los que llevaban el comité no sé cómo lo harían, pero yo me peleaba cada día con ellos reprochándoles que había un burgués y os habéis puesto siete. Testimonios como este, de un trabajador durante la guerra civil española, en el fragor de la revolución del movimiento obrero, definen ese rasgo tan habitual en los políticos de la izquierda: la incoherencia, ese arte de decir o hacer hoy una cosa y mañana la contraria. El peor enemigo de un comunista es la hemeroteca. Pablo Iglesias censuró en su día a un ministro del Gobierno de España por haberse comprado una vivienda de 600.000 euros y euras. Hoy él ya tiene por el mismo dinero una casa y un caso; un chalé y una chalesa. Donde había un burgués, ahora hay dos más. Y más niños. Y vio Dios que eso era bueno.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 20 de mayo de 2018.  https://www.elimparcial.es/noticia/189867/opinion/el-chale-y-la-chalesa.html

Fuente gráfica: El Español.

Hispanidad, Occidente

Los que rezamos a Dios en castellano sobre las dos orillas del mar de la Hispanidad somos pueblos de estirpe ibérica que poseemos un vínculo familiar que nos une. Formamos una comunidad de naciones enlazadas por el idioma y por un mismo sentido de la vida, mismos valores éticos y misma fe cristiana. Nunca despreciemos la idea de que la integración de la familia de naciones hispánicas pueda resultar un poderoso elemento de paz y de orden para el mundo.

Tomemos el ejemplo de Cuba. Por cierto, país maltrecho y confinado por el comunismo. Resulta curioso como los totalitarismos siempre recluyen la libertad por motivos ideológicos. Los nazis mediante el gueto en Varsovia, los soviéticos, primero, mediante el bloqueo, después, mediante el muro en Berlín. Y Sánchez mediante el Estado de alarma en Madrid. La Habana es una población cargada de españolismo, de vida americana y de preocupaciones europeas. No hay nada español que no sea un poco cubano, como no hay nada cubano que no sea un poco español. Cuba ha sido un crisol en donde se han fundido cuerpos y espíritus de España. Así es todo el continente americano.

Fue Ramiro de Maeztu quien concibió la idea de Hispanidad fundada sobre la fe católica, sobre la justificación histórica de la obra de España en América y sobre la idea de patria como un valor del espíritu. Ello originó un sentimiento familiar de pueblos, sobre el que España ostenta hacia ellos, antes que nada, el prestigio de su católica maternidad. Los misioneros españoles no fueron a allí a buscar oro, sino a llevarlo.El continente americano es el continente de Nuestra Señora y la devoción mariana fue un importantísimo factor en la conversión de los indios, en la formación de la historia y en la mezcla fecunda de razas que siguen rezando las oraciones que aprendieron del labiado de los colonizadores. La equiparación con los españoles de los indígenas de América, data del mimo instante del descubrimiento y posterior evangelización. La ingente obra que España realizó en América o, incluso, en Filipinas representa el trasplante a todo un mundo sobre recia raíz católica de lo que hoy se llama espíritu de Occidente.

En Occidente estamos olvidando que Europa es algo más que una pura expresión geográfica. Que más allá de lo geográfico existe el término Europa como estilo de vida, como visión del mundo, como cuna de nuestra cultura común y como baluarte de los valores que se hallan indisolublemente unidos a la concepción cristiana de la vida: o sea, libertad y dignidad del hombre. En este sentido, Europa pertenece a los americanos con tanta legitimidad como a los nacidos en España, en Suiza o en Hungría. Por lo tanto, la defensa de Europa y de su significado en el mundo es para los de aquí, como para los de allá una cuestión que atañe a su propio ser y a su propia sustancia. La Europa así concebida, como concepto milenario de cultura, es la civilización occidental.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 11 octubre de 2020. https://www.elimparcial.es/noticia/217703/opinion/hispanidad-occidente.html

Libros de ayer y de hoy

Múltiples han sido las explicaciones que por los historiadores se han proporcionado sobre las causas de la caída de la Monarquía de Alfonso XIII. Mucho tuvo que ver en ella el mal funcionamiento de los partidos políticos e, incluso, el apartamiento del poder del político conservador Antonio Maura. Así lo argumentaba el libro Estudios sobre el reinado de Alfonso XIII, del Conde de los Villares (Editorial Jordán, 1948). Posteriormente, sobre la misma cuestión histórica, aparecería en España en 1962, y de forma clandestina, Así cayó Alfonso XIII, testimonio de Miguel Maura Gamazo, hijo, precisamente, de Antonio Maura, y ministro de la Gobernación en el primer Gobierno provisional de la II República. En 1966 se publicaría por Ariel una edición autorizada. Ahora, la editorial Marcial Pons publica una nueva edición de esta obra a la que se han añadido ciento cincuenta páginas de nueva documentación. En ellas, Maura explica su salida del Gobierno en octubre de 1931 a causa de la aprobación de la Constitución republicana, cuyos artículos en materia religiosa eran abiertamente contrarios a la Iglesia Católica.

En plena controversia sobre la asignatura Educación para la ciudadanía, conviene reparar en un valiente diagnóstico no apto para los valedores de la corrección política. Abreviar las horas de escuela a favor de la educación vial, sexual o medioambiental y de excursiones y diversiones, que son poco instructivas, es una pérdida de tiempo para la instrucción. Lo sostiene Mercedes Ruíz Paz en Los límites de la educación (Ediciones Ver, 1999). La educación no está funcionando. Urge una pedagogía del contenido devolviendo a la escuela su misión primordial: enseñar a aprender. Más contundente es la misma autora en La secta pedagógica (Grupo Unisón, 2003). Nuestra enseñanza no potencia el esfuerzo del alumno ni el respeto a la autoridad. También se aprecia coraje para la denuncia de un nefasto sistema educativo en la obra de Antonio Viñao Escuela para todos. Educación y modernidad en la España del siglo XX (Marcial Pons, 2004).

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en la revista Punto CEU Mayo 2007

No hay liberalismo sin Dios

Principios liberales. Dario Antiseri. Unión Editorial.  Madrid, 2005. 86 páginas.

El prólogo de Benedicto XVI al reciente libro (“Por qué debemos decirnos cristianos”), del ex-presidente del Senado italiano, Marcello Pera, ha devuelto a la actualidad la obra del filósofo, también italiano, Dario Antiseri “Principios liberales”. El Papa sostiene en su prólogo que no hay liberalismo sin Dios, y se hace eco de que una contribución para superar la crisis contemporánea de la ética es ese liberalismo que para ser fiel a sí mismo puede vincularse a una doctrina del bien, en particular la cristiana que es semejante a él.

Dario Antiseri, pensador católico y liberal, ha elaborado un libro breve y sencillo en el que de manera clara y directa presenta los principios del pensamiento liberal, algunos de los cuales hincan sus raíces en el Cristianismo (solidaridad, subsidiariedad y cuerpos intermedios, igualdad entre todos los hombres y prioridad del mérito sobre el privilegio). El autor, sirviéndose de citas de autores de gran talla: Popper, Von Mises, Hayek, Claudel, Ropke, Rosmini…analiza mediante un procedimiento contradictorio los principios liberales, ayudando al lector a comprenderlos mejor, pero también a defenderlos de las objeciones formuladas contra ellos, en su mayoría, consecuencia de la manipulación a que ha sido sometida la idea liberal.

En su libro Antiseri nos recuerda el ámbito de coincidencias entre ideas liberales y valores cristianos, evidenciado además por la conexión entre los escolásticos de Salamanca y los integrantes de la Escuela de Viena.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en la revista Punto CEU Mayo 2009

Sin ubicar

Sostiene Ramiro de Maeztu en La crisis del humanismo que el ideal de todo buen heleno era el de ser un perfecto caballero, y un caballero no alcanzaba la perfección si no moría una muerte noble. Tanto del perfecto caballero como de la muerte noble decían los griegos que eran bellos. Retumba en España la cifra de 13.000 muertos esperando la nobleza que corresponde a su final. La Muerte no sabe de la Vida porque es su antagonista, pero nosotros, cristianos, afirmó Jose María Pemán, sí sabemos cómo la Vida puede alcanzar su victoria final. Con nuestro dolor personal, no debemos consentirle a la Muerte que haga su tarea a su gusto.

Desde antaño, venimos siendo los españoles muy proclives a honrar a nuestros muertos. Magistralmente bellísimas son las honras fúnebres que a modo de elegía dedicaron al óbito maestros de nuestra Literatura como Jorge Manrique en Coplas a la muerte de su padre, o García Lorca en Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías. Por puro cálculo electoral, algunos se han empeñado en consentirle a la ideología “que haga su tarea a su gusto” atascando en el barro de la falsedad la dignidad de 13.000 compatriotas fallecidos, cuya memoria debe ser honrada. Cuando los vivos tienen muertos sin ubicar, los desubicados son los vivos. Simón, no el enterrador, sino el alertador sin alertas, anuncia con el desapego de un frío contable que “nos quedan 13.000 fallecidos ahí, pero no podemos ubicarlos”. ¿Ahí? ¿Ubi sunt? raíz latina de ubicar. La lengua de la nueva normalidad, que pretende precisión para los vivos, no tiene la misma consideración para con los muertos. “Déjalos por ahí”, debió de ser la nueva consigna desde Moncloa a quien, meses atrás, también recibió la orden de dejar por ahí la alarma, porque con dos gallos en el mismo Consejo de ministros debía esperarse a la pelea final en las calles del 8-M.

Hemos logrado el progreso a través de la abnegada constancia y el sacrificio anónimo, pero lamentablemente también certificando en muchas ocasiones que una vida o una muerte suponen un mero dato aportado a la repetida elaboración de hipótesis, solo una reducida cantidad de las cuales son elevadas a conclusiones científicas. Y como los ideólogos del Gobierno han seguido fielmente las recomendaciones de la ciencia y de la OMS, pero solo hasta donde esas recomendaciones coincidían con sus conveniencias partidistas, resulta ahora que su estrategia es que ni la ciencia ni la OMS deben estropearles un buen titular sobre ese mítico índice de letalidad. No es ético hacer pasar por mitos lo que son embustes. “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Dadme un Goeebles y perfeccionaré el engaño. Científicamente constatada la tesis de Chesterton: las cosas muertas pueden ser arrastradas por la corriente pero sólo algo vivo puede ir contracorriente, debemos los vivos ir contracorriente de la mentira. Aunque solo sea por honrar a nuestros muertos.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 21 de junio de 2020. https://www.elimparcial.es/noticia/214298/opinion/sin-ubicar.html

Luz eterna

El librero de Varsovia. Michael D. O´Brien. Editorial Libros Libres.  Madrid, 2008. 527 páginas.

Michael O´Brien es pertinaz en escribir novelas de ideas; libros de valía perenne para las generaciones futuras. Es hábil en vestir sus enjundiosas obras con el trepidante ritmo de la acción. Se vio en El Padre Elías. Un Apocalipsis, best seller que, con aires de thriller, cautiva inevitablemente al lector.

El librero de Varsovia es la historia anterior a El Padre Elías. No contiene tanta intriga pero deleita y fortalece. Su protagonista es Pawel Tarnovski, un polaco en vías de recuperar la fe en Dios, a quien el Señor le pone una dura prueba de caridad: dar refugio, aún a riesgo de su propia vida, a un adolescente judío (David Schäfer) huido del gueto en la Varsovia de 1942. Durante la convivencia de ambos en Casa Sofía, la pequeña librería regentada por Pawel, se vislumbran los grandes dilemas del hombre: el bien y el mal, la verdad y la mentira, la fe y su ausencia, el diálogo con Dios y las voces del Maligno.

Las conversaciones entre un católico que, paulatinamente, recobra los mecanismos de la fe, y un judío ortodoxo, ávido de conocimientos sobre la trascendencia, son un exquisito alimento espiritual. En época tan desquiciada como la que vivimos, O´Brien nos ayuda a diferenciar entre la luz eterna y las tinieblas disfrazadas de luz, porque cuando todo parece perdido es posible la ayuda.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en la revista Punto CEU Octubre 2008

Los erasmistas

La libertad a prueba. Los intelectuales frente a la tentación totalitaria. Ralf Dahrendorf. Editorial Trota.  Madrid, 2009. 219 páginas.

Ralph Dahrendorf lleva años insistiendo en la necesidad de erradicar los sistemas cerrados para crear la sociedad abierta, cuyos rasgos son agentes privados, mercado y crecimiento. Y ello bajo el imperio de la ley y la separación de poderes, porque el desarrollo no significa únicamente progreso económico, sino también reconocimiento de libertades y participación de los ciudadanos. En suma, salvaguarda de la dignidad del hombre, valor de profunda raigambre cristiana.

Su nuevo libro “La Libertad a prueba. Los intelectuales frente a la tentación totalitaria” constituye una pieza más de ese puzzle que metódica y lúcidamente está construyendo Dahrendorf sobre la historia de la libertad frente al totalitarismo. Pero a diferencia de anteriores obras, en ésta el autor rinde tributo a héroes liberales. Denominados “erasmistas”, en honor de Erasmo de Rotterdam, el amigo de la libertad. Isaiah Berlin, Kart Popper, Raymond Aron y Norberto Bobbio hicieron sonar con estruendo sus palabras en el ágora de las ideas durante el pasado siglo a fin de que se sacudieran las conciencias, resplandeciera la ética y la inteligencia dejara de ser servidumbre.

En pensadores como estos es una constante la férrea defensa de la libertad y su resistencia a aceptar justificaciones de los sistemas totalitarios, respecto de los que ni cabe mejora ni conservación. Unicamente su derribo.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en la revista Punto CEU Mayo 2009