Crispación y deconstrucción

Para el Gobierno de la coalición quienes protestan en las calles de España contra Sánchez crispan y contagian. Pero ese mismo Gobierno ve con buenos ojos las protestas callejeras contra Trump. “O nosotros en el poder o el desorden en las calles” fue y es consigna comunista. Largo Caballero, el Lenin español, vociferaba: “si no ganamos el poder en las urnas, lo haremos en la calle”. Y creyendo el ladrón que todos son de su condición, el aprendiz de Lenin tacha de golpistas a los golfistas de Núñez de Balboa.

Machaconamente la coalición repite que el Estado de alarma salva vidas. Pero hay partidos políticos que para salvar vidas prorrogando el Estado de alarma exigen concesiones de lo más variopinto: derogar una reforma laboral, gestionar los fondos para la renta mínima, lograr mayor nivel de autonomía, reanudar la mesa del separatismo…¿Qué tendrán que ver tales mercancías de contrabando con la salvación de vidas? Más que salvar vidas, algunos comercian con vidas para ir a lo suyo.

Pero el Estado de alarma además de salvar vidas, también las resucita. Y en cantidades industriales. Quien fuera director de El Faro de Ceuta cuenta que en la sección Ecos de Sociedad del diario, se publicó una nota necrológica de un conocido comerciante de la ciudad. Pero resultó que el hombre no había fallecido. Cierto es que estuvo varios días en coma y que alguien de la familia había dicho al redactor del periódico: “De esta noche no pasa”. Pero pasó. Y un buen día se presentó en el despacho del director: “Vengo, le dijo, a darle las gracias por los elogios que me dedicaron en la nota necrológica. Pero ya ve usted que estoy vivo. Y, claro, tienen ustedes que rectificar”. El director llamó al redactor que había escrito la noticia: “Este señor es don Fulano; como ve, no está muerto”. “No, no lo está”, respondió el redactor. “Pues tienen que rectificar”, pidió el “resucitado”, el cual ante la propuesta del redactor de incluir su nombre en la sección de nacimientos, se puso hecho un basilisco. Y el redactor concluyó: “de todas formas antes o después, usted se morirá. Reconozca que lo que hemos hecho ha sido anticipar la noticia”. Sánchez se anticipa siempre hacia atrás.

Al igual que la reconstrucción de Rusia tras la revolución bolchevique fue posible (es un decir), a base de comunismo y de la electrificación del país, Sánchez cree ciegamente que la deconstrucción de España será viable también gracias al comunismo de su vicepresidente y al enchufe de sus amiguetes. Vinieron a regenerar y a ser transparentes pero día a día se embarran en el revanchismo y la mentira y pintan de negro el futuro. Su reconstrucción consiste en que la gente no prospere por sí misma, sino con la ayuda del Estado.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 7 de junio de 2020. https://www.elimparcial.es/noticia/213855/opinion/crispacion-y-deconstruccion.html

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