La ma-nada

Una manada de lobos es más humana con sus hembras que una jauría de hombres, más animales ante una mujer. En el juicio a La manada, un magistrado preguntó a la víctima si hizo algo para que los acusados supiesen que estaba en situación de shock y que lo ocurrido sucedía sin su consentimiento. Ella respondió que no hizo nada. Añade el magistrado: En cualquier caso, daño, dolor durante ese episodio ha quedado claro que no sintió usted. La víctima manifiesta: que estaba con los ojos cerrados y pensando en que se acabara. Los médicos forenses precisan: la reacción de la víctima tiene más que ver con la actuación instintiva que la racional. Y así, frente a una situación en la que la persona siente que su vida corre peligro, se obvia la actuación de pensamiento racional del cerebro superior, en la que se ponderan las diversas posibilidades y se actúa con el cerebro primitivo donde está el sistema límbico. En esta situación caben diversas reacciones: una reactiva de lucha, defensa, petición de ayuda. Otra de pasividad,  ya sea con rigidez o con relajación y, por último, una incluso de acercamiento o cierta amistad con el agresor, para evitar males mayores y conseguir que concluya cuanto antes.  

Primo Levi, preso en Auschwitz, narra en su obra Los hundidos y los salvados que entre las preguntas formuladas a los supervivientes hay una que nunca falta; ¿Por qué no os rebelasteis? Dice Levi que conforme pasan los años, esa pregunta se nos hace cada vez con mayor insistencia, y aun con más duro acento acusatorio. Explica a modo de respuesta que el prisionero se hallaba en los límites del agotamiento: hambriento, debilitado, cubierto de llagas, especialmente en los pies, era un hombre impedido y, en consecuencia, profundamente envilecido. Un hombre-andrajo, concluye Levi.

Quizá sea necesario endurecer las penas de los delitos contra la libertad sexual de las mujeres e instruir a jueces y magistrados sobre el comportamiento físico y psíquico de aquéllas al ser atacadas sexualmente. Pueden evitarse sentencias polémicas. Pero no conductas aberrantes ni criminales como las de los condenados. La raíz del problema es la educación; educar en el respeto a los demás sin humillar su dignidad ni violar su libertad y algo más. Las fuentes educativas son la familia y la escuela. Hay una generación expuesta a dejarse maleducar por la calle y por ciertos programas televisivos. Esa nefasta pseudocultura del todo vale y del como sea, de lo zafio, obsceno y vulgar es el preludio de la desesperación y el vacío. Vuelvo a Primo Levi: Muchos europeos de entonces se comportaron y se comportan negando la existencia de las cosas que no debían existir. Ojala no tenga razón Nietzsche: Hemos abolido el mundo de la verdad. Nada hay de verdadero. En breve, llegará el nihilismo. El hombre está literalmente disuelto. No hay hombre porque no hay nada que trascienda al hombre. La educación no puede sacarnos de la manada para luego nosotros hundirnos en la nada.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 29 de abril de 2018 https://www.elimparcial.es/noticia/189191/opinion/la-ma-nada.html

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