España en llamas

La Canciller Merkel no gana para sustos. A Grecia le siguió el Brexit, después Trump, hace unos días, Italia. Y ahora, España, que lleva dando sobresaltos a esta Europa de estructuras y procedimientos germanizados desde la época del manirroto Zapatero. Con la primera legislatura de Rajoy, llegó la calma chicha, alterada por el soniquete de Emotional Rescue, mítica canción arrebatadora y rescatadora de los Rolling Stones. Volvió la inquietud con la demora de la segunda legislatura, que pareció que sería la primera de Pedro Sánchez, con Pablo Iglesias de segundo, cuando en realidad hubiera sido el primero. Finalmente, echó a andar un nuevo Gobierno del PP. Las cifras de la recuperación no han evitado que salten las alarmas: ansiedad por cumplir con el déficit, desasosiego por el envite independentista en Cataluña, preocupación por los casos de corrupción, y, finalmente, nueva zozobra ante la ocurrencia del evanescente Sánchez, que sigue empeñado en acceder al Gobierno por puertas traseras en oscuros callejones, y no por la portada principal en espaciosas y vistosas avenidas electorales.

Cuenta Pabón en su libro La revolución portuguesa, la siguiente anécdota: Se presentaba en París una obra. Un estruendo entre bastidores interrumpe el diálogo “¿Qué es eso?” pregunta un personaje. “Voy a ver”, responde otro, que salía a informarse, para volver diciendo: “No es nada; es una revolución en Portugal”. Tantas veces como se repetía el estruendo, se reproducían la información y la respuesta. Algo así deben estar protagonizando en Berlín la Canciller alemana y sus ministros ante los escándalos que llegan de España. “No es nada; es el cisco (el circo) español”.

Aparta que me tiznas, dijo Sánchez a Rajoy. La oposición en un Parlamento debe cumplir su misión de oponerse y de interpelar al Gobierno mediante la conciencia del peligro. Pero no ser ella misma un peligro. Un Gobierno de Sánchez comandando a la antiEspaña sería como subirse a una montaña rusa con el andamiaje escaso de tornillos. El gallego ya no tiene la sartén por el mango. Ni siquiera por la naranja. Pero el socialista puede volver a meter el cazo. Poner el cazo es más propio de los EREs andaluces. Las siglas del PP pierden confianza y credibilidad con la rapidez con que se disuelve un azucarillo. Algunos de sus eficaces ministros de ayer son vulgares delincuentes hoy. Es la hora de los ciudadanos dicen los de Ciudadanos. ¡Elecciones ya!

España debe buscar rápidamente una salida ante la corrupción y el populismo, que es también otra forma de corrupción. Muchos españoles tienen la sensación de caminar directamente hacia el precipicio. ¿Aún es posible que una mano agarre antes de caer? Diferenciaba el pensador Romano Guardini entre “poder”, como verbo, y “poder”, como sustantivo. En las verdaderas democracias ha de prevalecer el verbo como sinónimo de lograr, alcanzar, conseguir…en aras del Bien Común. En caso contrario, el sustantivo tiene tendencia al provecho propio y es sinónimo de corrupción.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 27 de mayo de 2018. https://www.elimparcial.es/noticia/190118/espana-en-llamas.html

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *