“España perdió el tren de la Ilustración, perdió el tren de la industrialización y puede perder el tren de la sociedad del conocimiento. Hay varias cosas sobre las que estoy seguro que todos los partidos políticos están de acuerdo.
Primera.– Necesitamos someter nuestra escuela a un proceso de transformación y mejora, no sólo porque la que tenemos es mediocre (no terriblemente mala, como con frecuencia se dice), sino porque en un mundo que cambia aceleradamente, los sistemas educativos también tienen que hacerlo para cumplir las expectativas de la sociedad.
Segunda.– En educación no hay milagros ni enigmas. Hay buenas y malas formas de hacer las cosas. En el año 2010, la revista Newsweek publicó un estudio comparando 32 naciones. En educación, Finlandia estaba en primer lugar y España, en el último. En cambio, en Sanidad, España ocupaba el tercer puesto, y Finlandia, el 18. ¿Por qué esa diferencia? Porque las administraciones educativas han sido ineficientes en la gestión, confusas en la planificación y casi siempre ideologizadas en su idea de la educación. Todos los ministros han pensado que con el BOE puede mejorarse la escuela, y eso es una ingenuidad, como sabe quien entienda algo de gestión del cambio en organizaciones. Para mejorar la educación hay que cambiar lo que sucede en las aulas y para eso hay que estar muy cerca de ellas.
(Objetivo 5-5-5)
España puede tener un sistema educativo de alto rendimiento en el plazo de cinco años, dedicando a Educación un presupuesto mínimo del 5% y cumpliendo cinco objetivos educativos:
1º.– Reducir el fracaso escolar al 10% de la población estudiantil. Es insoportable tener, como en la actualidad, una tasa superior al 20%.
2º.– Subir 35 puntos en la evaluación PISA. Sin duda, PISA no es perfecta, pero nos permite conocer la evolución histórica de nuestra educación y compararnos con otros países.
3º.– Aumentar el número de alumnos excelentes y acortar las distancias entre los mejores y los peores, que en España es muy grande dentro de un mismo centro.
4º.– Favorecer que todos los niños y adolescentes –tanto los niños con dificultades de aprendizaje, como los niños con altas capacidades– puedan alcanzar su máximo desarrollo personal, con independencia de su situación económica.
5º.– Fomentar la adquisición de los conocimientos y las habilidades para favorecer su realización personal, su inserción en el mundo laboral y su participación en la vida pública”.
(De la Carta de José Antonio Marina al próximo Gobierno. Diario El Mundo 1-2-2016).