27 de febrero. San Gabriel de la Dolorosa (1838-1862)

Nacido en Asís, pero residente en Spoleto, por entonces una ciudad de los Estados Pontificios, Francesco Possenti era un joven «guaperas» y elegante, que estudiaba con los jesuitas; un partido muy codiciado por las madres de familia con hijas casaderas.

Una grave enfermedad le mueve a prometer que si sanaba se haría religioso. Pero recobra la salud y olvida su promesa, hasta que una recaída en el mal y la muerte de su hermana predilecta, le llevan a replantearse seriamente su vocación. El padre, juez de profesión y todo un personaje en la ciudad, no ve con buenos ojos la decisión de su hijo, entre otras cosas porque le conoce bien y lo considera demasiado juerguista y mundano. Sin embargo, en 1856 Francesco ingresa en los pasionistas adoptando el nombre de Gabriel de la Dolorosa por su devoción a la Virgen de los Dolores.

La vida en aquella Orden tan severa no es fácil. Le cuesta acostumbrarse a los rigores de la disciplina. Su delicada complexión se resiente, sufre diversas enfermedades y en 1861, cuando se ordena de menores, ya está enfermo de tisis. Muere un año después, antes de ser ordenado sacerdote. Canonizado en 1926, San Gabriel es uno de esos derroches divinos que se dan a menudo en la santidad. ¿No podía Dios aprovecharlo mejor? Nuestra noción de rendimiento es muy raquítica porque la entrega de Francesco fue absoluta.

Fuente. La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.

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