Es uno de los santos marciales que hay en Oriente, como Demetrio y Jorge, muy popular en Grecia. A San Teodoro puede vérsele en la catedral de Chartres con todas sus armas, empuñando la lanza con la diestra y dejando reposar la otra mano sobre la espada y el escudo.
Natural de Eukaita y soldado en tiempos del emperador Licinio fue degollado en Heraclea, siguiendo a su muerte grandes milagros. ¿La causa de su martirio? Una heroica picardía de Teodoro. Cierto día pidió al emperador que le diese todos los ídolos que portaba al objeto de perfumarlos en su casa, para así inspirar en el público una mayor veneración cuando fueran a adorarlos. Una vez en poder del capitán aquellos dioses, fabricados de plata y oro, los hizo pedazos que el propio Teodoro repartió entre los pobres con gran cólera de Licinio.
Sabía lo que le esperaba, pero aún así lo que hizo estuvo presidido por su astucia y su fe. Desde el Cielo, su mirada es de mártir socarrón.
Fuente. La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.
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