6 de agosto. Santos Justo y Pastor (… – 304)

Son los hermanos mártires de Alcalá de Henares, la antigua Complutum, que murieron durante la gran persecución de Diocleciano, cuando el prefecto Daciano recorría España y se esforzaba por ahogar en sangre los testimonios de fe. Vicente de Zaragoza, Eulalia de Mérida y tantos otros fueron víctimas suyas cuyos nombres perpetúa el santoral. Y también Justo y Pastor, dos niños de corta edad, se cree que de unos siete o nueve años, quizás degollados en las afueras de la población, donde hoy se levanta una basílica.

Dos corderos al cielo sacrifica,

primicias ya de innumerables santos

dice un soneto de Lope de Vega, cantor de los patronos de Alcalá y de toda la diócesis de Madrid, aunque su culto se propagó también por el resto de España e incluso más allá de los Pirineos. Prudencio en su Peristéfanon, Venancio Fortunato, San Isidoro, San Ildefonso y otros muchos nos dejaron encendidos elogios de estos pequeños mártires. De San Justo y San Pastor en realidad sólo conocemos su gesto, todo los demás es fervor y leyenda, retórica más o menos loable.

El hecho de que fueran unos parvulillos sin duda influyó en su popularidad, y entre miles de mártires anónimos ellos han traspasado la frontera de los siglos, negándonos más explicación que la que puede aportar su muerte, como si toda existencia, su verdad y su fe se concentrasen en el misterio de escoger el martirio para que hoy nos acordemos de ellos y de lo que significaron.

Fuente: La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.

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