Con su empeño en controlar la sociedad, el socialismo siempre ha congujado dos verbos: gravar con “v” y grabar con “b”. Presionando con impuestos, grava el bolsillo de los ciudadanos. Adoctrinando en la escuela, graba la conciencia de las generaciones venideras. Así maneja y moldea a su antojo la vida pública en pos de su meta final: el igualitarismo, que en eso consiste el paraíso socialista: Todos iguales, pero pobres y mediocres.
Hace años, el PSOE creó un impuesto con que gravar la formalización de préstamos hipotecarios, identificando como sujeto pasivo del gravamen al prestatario Hoy el PSOE no suprime ni reduce el impuesto, sino que, mediante Real Decreto-Ley, ese vicio inconfesable del demócrata Sánchez, cambia al pagador, que pasa a serlo el prestamista, o sea, el banco. La Banca, un negocio inclinado siempre a buscar beneficios, terminará por compensar el coste de la tasa fiscal incrementando comisiones e intereses. Pero Sánchez, creyéndose pertrechado de una moralidad invulnerable, se disfraza de hercúleo redentor ante la injusticia. Para culminar la imagen épica de héroe en aras de los más necesitados, nos saturan con una noticia verosímil, que no verdadera, de que un francotirador planeaba asesinarlo por exhumar a Franco. El titular es redundante por lo de “franco”. ¿Vive España obsesionada con Franco? ¿Estará Franco tramando un golpe de Estado contra Sánchez? En fútbol, estaríamos ante un golpe franco, disfrutando de un magnífico racimo de francotiradores de élite, desde Messi a Ronaldo, pasando por Griezmann y Mata, que contra la Juve hizo honor a su apellido. El detenido, casi un veterano de El Aiún y algo presuntuoso de cintura para abajo, no mata, pero parece más peligroso para la convivencia que cualquier bárbaro integrante de los CDR. También peligra la democracia con esa exagerada vulgaridad demagógica de Iglesias, quien agita a las masas contra la Banca. Exigir la nacionalización de ésta, será otra de sus fechorías.
Tras revolver el patio de las hipotecas, Sánchez amenaza ahora con el caos en el área de las hipotenusas. Para el socialismo, la enseñanza es un coto de igualitarismo y laicismo vedado a la excelencia, al mérito y, por supuesto, a la religión. La reforma educativa que propone el Gobierno trae consigo algo de romántico y ridículo a la vez, representando ese colectivismo decimonónico, gregario y anticlerical que intenta asimilar la modernidad. Socialistas como Francisco Vázquez, reconocen que han cambiado los tiempos y que hoy no pueden defenderse los prejuicios que el socialismo tenía hace décadas contra la religión. La educación que propugna el PSOE es incompatible con la libertad. Será necesaria una enérgica defensa de la enseñanza libre. Los católicos, aliados indispensables en las luchas a favor de la libertad, pero también quienes desean seguir disfrutando de los beneficios de ésta, deben implicarse en esa defensa. En materia educativa, corresponden derechos al Estado, pero también a los padres e, incluso, a la Iglesia. El César será dueño de las hipotecas, pero no puede decidir sobre las hipotenusas. Mucho menos sobre las conciencias.
Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 11 de noviembre de 2018. https://www.elimparcial.es/noticia/195541/hipotecas-e-hipotenusas.html