El presopuesto

Winston Churchill afirmaba que el primer socialista de la Historia fue Cristóbal Colón. Se subió a un barco que no era suyo, no sabía adonde iba, nunca supo adonde llegó y todo lo hizo con el dinero de otros. Eso es socialismo, concluía el estadista británico. España siempre se arruinó por las guerras y epidemias. En los últimos cuarenta años nuestra ruina llega de la mano de gobiernos socialistas. En el 36 sufrimos simultáneamente dos calamidades: socialismo y guerra. El primero, con su golpe de Estado contra la República y el amaño de elecciones, nos llevó a la segunda. De nuevo en el poder, un PSOE, en cuadrilla con el comunismo bolivariano y el golpismo separatista, pretende hacer de España una escombrera. Algo debe barruntar la Unión Europea que le ha tomado la matrícula a Pedro Sánchez, aprendiz de Tsipras, y a la farsa de presopuesto: dícese de la previsión de ingresos y gastos elaborada por un contable en presidio

La política que olvida fundamentos morales desemboca en malas artes. La contabilidad enviada a Bruselas es otra engañifa más de un Ejecutivo, cuyo presidente y algunos ministros han incurrido en la mentira. De un Gobierno trapisonda solo cabe esperar falsedad en palabras y números. Sus cuentas son cuentos. Sánchez se aupó a la presidencia prometiendo la regeneración de la política. Hay degeneración y demagogia. Una impostura en la que el cinismo alcanza proporciones que ponen cada día más de manifiesto hasta donde llega su amoralidad. La estabilidad es condición necesaria para políticas constructivas y reformadoras. La convulsión se ha adueñado de las instituciones por esa tremenda crisis de autoridad que padece el presidente soyyo, debido a su inconsistencia y al sometimiento a un conglomerado empecinado en dinamitar la nación. España está entregada a los regateos de golpistas y populistas.

Europa no termina de ver claro y transparente el presopuesto de Sánchez porque no es real ni creíble. El Gobierno español pretende gastar para obtener votos. Es la vieja receta del PER andaluz. Cambalache que termina en derroche. Y corrupción. El Gobierno de Andalucía es la prueba. El socialismo suele ser fanático en la creencia de elevar la presión fiscal como medio para ingresar dinero en las arcas públicas. Pero con menos impuestos y más dinero en el bolsillo de los ciudadanos las sociedades avanzan mejor. Es más acertado aumentar la producción que distribuir la renta, producir abundancia que repartir escasez. Apóstoles del socialismo se cayeron del caballo. Hace un siglo el socialista francés Marcel Sembat sostenía que equiparar las fortunas por medio de impuestos equivaldría a intentar allanar el Mont Blanc con una apisonadora. Sin realismo presupuestario no hay progreso social

Que guarde cuidado Sánchez con los ingresos y gastos. Al Capone llegó a la cárcel, no por sus andanzas delictivas, sino por su engañosa contabilidad fiscal. Probablemente, terminará expulsado del poder por ser tan manirroto como Zapatero, pero no por mentir en el Parlamento ni por plagiar una tesis. Y así no hay regeneración moral que valga.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 21 de octubre de 2018. https://www.elimparcial.es/noticia/194806/opinion/el-presopuesto.html

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