En estas páginas (Expansión, 12/01/17), expuse cuál era según Ortega y Gasset en Misión de la Universidad el reto no abordado aun por ésta: Actualizarse y ser permeable a la realidad; y cómo se actualiza: Comprometiéndose socialmente con su entorno y conectando con la realidad. Veamos ¿cuál es el compromiso social de la Universidad? ¿cómo se conecta con las demandas sociales? y ¿qué falla en ella: sus recursos o sus resultados?
Empecemos por lo último. Trabajar es ocuparse en cualquier tarea. También realizar un esfuerzo, aunque el resultado sea nulo. Un hombre puede pasarse toda una jornada sosteniendo una gran piedra para que no ruede por una pendiente, pero al final, la piedra se le cae. Ha trabajado todo el día, pero sin resultado, sin eficacia. De haber colocado la piedra en el suelo apoyándola en una cuña hubiera logrado su propósito. Ocurre lo mismo a la Universidad. Emplea sin eficiencia recursos humanos y materiales arrojando resultados negativos. Urge una revisión del modelo tradicional con búsqueda de nuevas fórmulas que optimicen el resultado. La meta es lograr una Universidad financieramente viable con gobierno y gestión eficientes; ecológicamente aceptable con modelos respetuosos con el medio ambiente en accesibilidad y movilidad en los campus, eficiencia energética, agua, residuos…; y socialmente responsable, según anhelaba Ortega: una Universidad como agente central del desarrollo social que convierta a estudiantes en ciudadanos excelentemente formados y preparados para mejorar la sociedad.
En eso consiste el compromiso social de la Universidad. El propósito de la educación superior no es el de proporcionar posibilidades para alcanzar una ventaja económica sobre los que han sido menos afortunados. La Universidad significa mucho más que eso. Quienes consiguen formarse e instruirse deben hacerlo pensando en contribuir algún día al progreso de su país. El éxito no debiera medirse en dinero, sino en retorno social. Esa es la responsabilidad del educando y es también el compromiso social de la institución educadora. La razón última de todo un sistema educativo.
¿Cómo se conecta la Universidad con las demandas sociales? Saliendo al encuentro de la empresa y consolidando con ella una alianza estable y duradera. Históricamente, las fronteras universitarias han permanecido cerradas a la actividad empresarial. Apenas hay flujo de I+D desde las aulas y laboratorios universitarios a las áreas y departamentos tecnológicos de las empresas. La conexión exige la creación de un ecosistema como punto de encuentro entre los agentes de innovación que dinamice ésta. Ese es el objetivo de los parques de innovación, que constituyen un estadio superador de los parques cientificos y de los parques tecnológicos. Los primeros, liderados por la Universidad, creaban empresas con base en la investigación académica; los tecnológicos, liderados por la Administración pública, apostaban por empresas tecnológicas afines. Los parques de innovación son liderados por la Universidad, empresa y Administración pública y, al aglutinar ciencia y conocimiento con esquemas de mercado y medidas de fomento público, accionan proyectos de innovación que responden a la demanda social, logrando en cinco años lo que se conseguiría durante toda una generación. Un parque de innovación genera ideas e invenciones, las filtra, desarrolla proyectos de I+D+i, facilita la creación de empresas, genera licencias de explotación e imparte formación, mostrando una imagen expansiva, colaborativa y abierta de los campus universitarios.
Ortega concebía a la Universidad apoyada sobre dos pilares: la generación y difusión de conocimiento y la búsqueda de respuesta a los problemas sociales. Lleva un siglo tambaleándose sostenida únicamente sobre el primer apoyo. Su rentabilidad, su existencia será difícil con solo la actividad formativa. O se reforma para cumplir su misión o dimite de la misma dejando paso a organizaciones más ágiles.
Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario Expansión el día 25 de marzo de 2017 (Página 43).