Hegemonía del cinismo

Políticos que no vacilan en contradecirse ni faltar a su palabra o renegar de sus promesas y medios de comunicación ruinmente tendenciosos en el tratamiento de la noticia están agotando nuestra capacidad de asombro ante el cinismo oceánico esparcido tras la sentencia condenatoria de una forma cleptómana de administración autonómica. Socialista para más señas. Cobran vigencia en el panorama político los versos de Campoamor: En este mundo traidor nada es verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira. La incoherencia, hipocresía, cinismo y hasta la mentira parecen sentar cátedra. Cátedra de insultante demagogia e impertinente amoralidad o, lo que es peor, de destructora desviación de los criterios más elementales del juicio sobre las cosas y las personas, sobre el bien y el mal.

Una hipócrita tropa de políticos, periodistas y tertulianos de menor cuantía, convencidos de que ya no hay certezas y todo es opinable, se lanzan a minimizar los efectos de la condena mediante una degradante casuística que persigue blanquear a corruptos de su cuerda. Portavoces del Gobierno con la sectaria encomienda de justificar lo injustificable vomitan su nauseabundo cinismo. Medios de comunicación que ya tenían dispuesto, sin confrontarlo con la realidad, su arsenal de dogmas para embaucar a una opinión pública cada vez más domesticada, como ovejas en la granja orwelliana. Periódicos que contienen en sus páginas solo dos verdades: la fecha y el precio. Periodistas que escriben al dictado y a quienes solo falta citar a Bielinsky, bolchevique de la primera hora: Todo el mal está a la derecha, todo el bien está a la izquierda. A todos se les nota que no hablan con la buena fe de un maestro de escuela, sino que argumentan con sofismas. Ni falta que hace poner un trabuco en sus manos. Con solo escucharlos o leerlos parecen bandoleros asaltando la verdad y la libertad. Porque la crisis de la verdad es hoy la de la libertad. Con personajes así difícil resulta que la nación prospere. Imposible que se ennoblezca. De ellos puede predicarse la descripción de Clemenceau sobre un farsante: No dice verdades pero se defiende con ardor.

Comparado con el de la Transición, el PSOE actual es como vino aguado echado a perder. Ha desterrado el sentido común de sus políticas y abandonado la lealtad hacia el constitucionalismo. Pretendiendo ser amo de España, será criado del comunismo y del separatismo. Todo se comprende si el histrión que manda allí confunde los intereses nacionales con sus facinerosas ambiciones. Con la misma terquedad con que don Quijote veía gigantes, los ministros Abalos y Celaá exculpan a Sánchez de los ERE. Pero aquél estaba loco. Dice un proverbio árabe que si alguien te engaña una vez, la culpa es suya. Pero si te engaña una segunda vez, es solo tuya. Sánchez dijo que venía a atajar la corrupción pero se esconde hipócritamente ante ella. Ojala no termine liberando presos como hizo el de La Mancha al toparse con la cuerda de galeotes. Aunque estaba loco.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 24 de noviembre de 2019. https://www.elimparcial.es/noticia/207290/opinion/hegemonia-del-cinismo.html

Fuente gráfica: Diario El Mundo.

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