Ciberizquierda

Como vuelve la burra al trigo, así la izquierda española con Franco. No tenemos problemas suficientes en nuestras sociedades tan sofisticadas, entonces va la izquierda y se los inventa con esa insistente obsesión por inflamar la convivencia. En lugar de defender la democracia contra los ciberataques y la corrupción, incluida la moral (que ya infecta hasta la canción de Eurovisión), el izquierdismo se empeña en arremeter contra un militar que lleva más de cuarenta años enterrado en el Valle de los Caídos. Al contrario que Mac Arthur, Franco no dijo que volvería, pero la obsesión de algunos es ganarle al Caudillo la guerra civil. Incapaces de desalojarle del poder, el dictador murió en la cama, pretenden ahora sacarlo de su tumba. Hace tiempo que han perdido su rumbo y sus banderas no solo en España, sino también en el resto de Europa. Ya no se ocupan ni preocupan de la defensa de los débiles. Han dejado de interesarse por los que estamos vivos dedicándose machaconamente a agitarnos y encresparnos mediante el uso y abuso de los muertos, tanto los de las zanjas, como los de los sepulcros y el callejero. Y así no se progresa, sino se regresa. No se gobierna, sino que se  desmanda un país. No se genera concordia sino se reaviva el odio. Ese es el único programa que ellos parecen querer cumplir.

Aquél maestro de la democracia que fue Jean François Revel, denunció, sistemática e inapelablemente, el sinfín de rémoras de que adolece la izquierda: El sectarismo que le induce a anteponer siempre los intereses partidistas a los generales. La incapacidad para el juego limpio despreciando a todo el que no piensa como él. La hipocresía demagógica, ese océano de paradojas, incoherencias y contradicciones en que se sumerge, evidenciando su devoción a la mentira y la manipulación elevadas éstas a sistema de gobierno, de conducta y de victoria. La izquierda es, en fin, el caballo de Troya de los sistemas democráticos. Como esos virus troyanos campando a sus anchas por los terminales informáticos y bloqueando e inutilizando las redes digitales, así se maneja la izquierda en las actuales sociedades democráticas tratando de abatir la estabilidad, el progreso y el bienestar de los ciudadanos.  

La izquierda debiera evitar su extravío y dejar de quebrar viejas telarañas de la historia, abandonar su partidismo estrecho que acarrea locuras extemporáneas y procedimientos anuladores de la libertad humana y ser más propicia para el sentido común y el consenso, tan necesarios y convenientes hoy para una óptima gobernación del país. Debe favorecer un clima conciliador en el que resulte fácil encontrar los términos medios. Si hay diferencias irreconciliables entre los distintos dirigentes, la democracia se convierte en algo corrosivo e inestable. Déjense de desenterrar muertos no vaya a ser que acaben desenterrando los cables de fibra óptica y paralicen el progreso y la prosperidad de la nación. Tendríamos que volver a cultivar helechos como en los koljoses.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 14 de mayo de 2017. https://www.elimparcial.es/noticia/177609/ciberizquierda.html

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