De nombres poco usados, debieran ser patronos de los pacifistas de hoy para que aprendieran que la verdadera paz empieza por uno mismo.
Odilón, abad de Cluny, de espíritu muy compasivo y misericordioso, logro paliar la crueldad de muchas guerras durante aquellos dramáticos tiempos del año mil.
Almaquio, también llamado Telémaco, monje oriental que estando en Roma, se arrojó al sangriento espectáculo del circo muriendo mártir. Por su gesto, el emperador Honorio prohibió aquella bárbara diversión.
Ambos santos abren hoy el calendario con una inequívoca exigencia de paz.
Fuente: La Casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.