Basándose en el asalto al Capitolio acaecido hace tres años y protagonizado por los seguidores de Donald Trump, los Estados de Colorado y de Maine han acordado la suspensión de la campaña electoral del candidato republicano, el cual ha recurrido la decisión ante el Tribunal Supremo. A la espera del fallo, otros quince Estados barajan dejar fuera de las elecciones a Trump. Para el actual presidente norteamericano, Joe Biden, Trump es un peligro para la democracia y ésta es “una causa sagrada que hay que defender y salvaguardar”. ¿Y si donde dice Trump, se dijera Puigdemont?
En España, algunos, alegando que no pueden perseguirse ideas, se alarman porque el Partido Popular propone ilegalizar partidos políticos que declaren la independencia de territorios nacionales o promuevan referéndums ilegales. Olvidan que el pensamiento no delinque, pero las acciones esperpénticas derivadas de ese pensamiento sí. Mientras, en Alemania, una dirigente de la socialdemocracia solicita la ilegalización de un partido de extrema derecha denominado Alternativa para Alemania, a la que tilda de “formación antidemocrática”, porque persigue eliminar la democracia.
La verdadera democracia es aquella que no emplea dos varas de medir.