15 de enero. San Pablo el ermitaño (… -347)

Modelo de todos los ermitaños de la Cristiandad, «Príncipe de la vida eremítica», le llamó San Jerónimo (30 de septiembre), su primer biógrafo. Pablo, nacido en Tebas de una familia cristiana, sufrió a los veinte años la persecución de Decio y huyó al desierto, lugar predilecto para estos solitarios que buscan la perfección.

Allí encuentra una caverna que será su refugio durante muchísimos años. Vestido con una túnica de hojas de palmera, se alimenta del fruto de este árbol y bebe agua de un arroyo cercano. Pasa el tiempo rezando y meditando frente al misterio de Dios.

Relata San Jerónimo que cuando ya es centenario, San Pablo recibe la visita de otro anciano, San Antonio Abad (17 de enero), a quien Dios ha revelado en sueños la existencia de otro eremita que vive en el desierto siendo un tesoro de virtud. A pesar de no haberse visto nunca, ambos se abrazan y mantienen coloquios espirituales. Mientras el cuervo que abastecía diariamente de pan a San Pablo, aquél día lleva en su pico ración doble. El genial Velázquez inmortalizaría este encuentro fraternal en una magna obra reflejando el éxtasis eremítico.

Al poco tiempo, Pablo muere y Antonio le entierra con la ayuda de dos leones que cavan la fosa.

Fuente: La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.

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