Modelo de obispos, uno de los más santos que registra la historia y posiblemente el de mayor vocación. Se le puso al frente de la diócesis de Grenoble a los veintisiete años, rigiéndola durante más de medio siglo, siempre suspirando que le librasen de aquel honor del que se sentía indigno e incapaz.
Muy llenos de espinas y malezas halló Hugón los campos de la Iglesia de Grenoble: concubinatos de clérigos, simonía, usura, pésima moralidad entre los fieles, deudas y mala administración en el obispado… A todo quiso poner remedio el nuevo obispo pero a los dos años consideró que nada había que solucionar.
Se retiró entonces a un monasterio, pero el Papa le obligó a volver a su diócesis y su gran labor dio frutos: reformó las costumbres, puso coto a los desmanes, construyó un hospital y edificó a todos con una vida tan ejemplar que se le canonizó a los dos años de su muerte. Tuvo tiempo para ayudar a San Bruno a establecerse con sus monjas en la Gran Cartuja. San Hugón pidió insistentemente que le sucedieran en su cargo, pero no quisieron atender sus peticiones muriendo siendo obispo de Grenoble.
Fuente: La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.