2 de mayo. San Atanasio (295-373)

Uno de los doctores de la Iglesia griega, cuyo nombre ha sido siempre en toda la Cristiandad sinónimo de firmeza inquebrantable: inconmovible en la fe como Atanasio, resistiendo coacciones, amenazas, halagos y destierros. Era egipcio de Alejandría, y siendo un joven diácono acompañó a su obispo al Concilio de Nicea (325), donde contribuyó a que se condenaran las doctrinas de Arrio, destacando ya por su tenaz resistencia en asuntos en los que no se podía transigir, que conciliaba con una actitud de brazos abiertos para los arrepentidos.

Pocos años después, sería nombrado patriarca de Alejandría. Debido a las intrigas arrianas, fue desterrado en el 335, se le repone en su sede y vuelve a ser desterrado cuatro veces más, diecisiete años de exilio en total, siempre en pugna con los emperadores tentados por el cesaropapismo. Durante su tercer destierro, en el 356, se refugio en la Tebaida y a ello debemos su Vida de San Antonio, espléndido y asombroso libro sobre el antiguo monacato.

En medio de tantos peligros y violentas discusiones, aún tuvo tiempo de evangelizar Abisinia. San Atanasio dejó un recuerdo imborrable de pastor docto y santo al que guiaba su inalterable fe en Jesucristo, hijo de Dios. Su emblema es un triángulo luminoso, símbolo de la Santísima Trinidad que defendió.

Fuente: La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol

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