Santo que por caridad se hizo peón e ingeniero, añadiéndose a su nombre en el recuerdo de las gentes la mención de un camino que no es otros que el de Santiago. De Domingo, sabemos que fue pastor por las márgenes del Ebro en la Rioja. Hacia el año 1050 quiso ser monje benedictino siendo rechazado en los monasterios de Santa María de Valvanera y de San Millán, al tomarle por vagabundo o fugitivo de las tareas del campo.
Se retiró entonces a las soledades de la agreste Bureba para hacer vida eremítica, hasta que conoció al obispo San Gregorio ostiense, del que fue discípulo y paje, aprendiendo mucho de su ejemplo y de sus palabras que le confirmaron en su vocación. A la muerte del obispo volvió a la Bureba y consagró su vida al servicio de los peregrinos de la ruta de Santiago, construyendo, después de una iglesia en honor de la Virgen, un hospital y un albergue, acompañando y guiando a los viajeros, ayudándoles a cruzar los vados y cuidando a los peregrinos enfermos con ejemplar solicitud.
Viendo que la antigua calzada se encontraba en muy mal estado, decidió repararla, reuniendo a una multitud de voluntarios para que colaborasen con él, y por fin llegó a construir un puente sobre el Oja, improvisando conocimientos que parecían muy por encima de su capacidad. En torno a su sepulcro creció la logroñesa villa que hoy se llama Santo Domingo de la Calzada.
Fuente: La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol
Libercast. https://www.youtube.com/@libercast.oficial