17 de agosto. San Jacinto de Cracovia (1185-1257)

Es el santo nacional de los polacos, Jacinto nació en un castillo de la Silesia, estudió en Praga, Bolonia y París hasta doctorarse en Derecho y Teología; fue vicario general en la diócesis de Cracovia, regida por un tío suyo, quien dispuso que le acompañase en un viaje a Roma. Allí, los polacos quedaron atónitos al oír predicar a Santo Domingo, y este hecho influyó en Jacinto para hacerse fraile predicador en 1217.

Como dominico empieza a fundar conventos. El primero en Cracovia, pero no tarda en lanzarse a la gran aventura de evangelizar las tierras de idólatras semibárbaros que hay en el este de Europa. Recorrió Prusia, llegó hasta el Báltico, donde una de sus fundaciones fue origen de la ciudad de Danzig, y luego predicó por Suecia y Noriega. Más lejos aún: Moscú y Kiev, quizás el Mar Negro y una parte de Grecia, posteriormente, Danubio arriba, Bulgaria y Hungría. Los tártaros arrasan Kiev y le obligan a replegarse.

Tras cuarenta años de viajes apostólicos, murió en su convento de Cracovia. Desde la Polonia fronteriza con la barbarie, San Jacinto hizo irradiar el Evangelio hasta los últimos confines de Europa, no siempre con logros duraderos, pero su espíritu de conquista para la fe consolidó el cristianismo en su patria al proyectarlo hacia el mundo exterior.

Fuente: La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.

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