6 de septiembre. San Eleuterio (siglo VI)

Abad del monasterio de San Marcos Evangelista en Espoleto, todo lo que sabemos de este Eleuterio se debe a su amigo el Papa San Gregorio el Grande, que conversó con él en Roma, donde murió. «Fue de tanta virtud, dice el pontífice, que con sus oraciones resucitó un muerto». Asimismo, el propio Papa le atribuye al santo la curación de una enfermedad que él padecía, bastando con una bendición del santo abad para que San Gregorio no volviera a padecer los efectos de su mal.

Pero si Eleuterio es conocido no fue por sus méritos, que debían ser muchísimos, sino por una debilidad que nos aproxima más a él; no es el santo impecable, sino el que es víctima de un momento de flaqueza. Ciertas monjas le encomendaron la custodia de un niño atormentado por el Diablo, y como tras muchos días el Maligno no se manifestaba, el abad comentó a sus monjes con cierta vanidad: El Diablo se burla de las religiosas pero conmigo no se atreve. Al instante el Demonio volvió a apoderarse del niño.

San Eleuterio comprendió que sus palabras habían incurrido en vanagloria. Reconoció su culpa, lloró por ello amargamente y pidió a todo el monasterio que orase e hiciera penitencia. La soberbia hizo que el Diablo volviese a sentirse en terreno propio. Se necesitó la colaboración de todos para echarle.

Fuente: La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.

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