20 de diciembre. Santo Domingo de Silos (1000-1073)

Natural de Cañas, un pequeño pueblo de la Rioja, cerca de Nájera, Domingo Manso fue pastor en su niñez, y luego se retiró a hacer vida solitaria hasta pedir su admisión como monje benedictino en el monasterio de San Millán de la Cogolla. Fue más tarde elegido prior con gran contento de todos los monjes, nos cuenta Gonzalo de Berceo, su poeta, porque «beneita la grey que ha tal pastorciello».

Domingo será el valiente defensor de los tesoros de San Millán amenazados por la codicia del rey don García de Navarra, su actitud le vale el destierro, y en la Castilla de Fernando I, hacia el 1041, encuentra su nuevo y definitivo hogar, el monasterio de San Sebastián de Silos, que ahora lleva el nombre del restaurador, de la misma manera que Domingo ha pasado a la historia como el santo silense.

«Abad de santa vida, de bondad acabado», así le describe Berceo, convertirá Silos en un gran foco de piedad, arte y cultura, y aún hoy el monasterio está lleno de recuerdos de su gran obra y de testimonios de sus milagros. Ante sus reliquias, muy veneradas, oró mucha Juana de Aza, quien prometió dar el nombre del santo al hijo que iba a tener y ofrecía a Dios; éste sería Santo Domingo de Guzmán, cuya fama ha eclipsado a la de su patrón, llamado el Antiguo desde entonces.

Fuente: La casa de los Santos. Un Santo para cada día. Carlos Pujol.

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