Archivo por meses: enero 2019

El presopuesto

Winston Churchill afirmaba que el primer socialista de la Historia fue Cristóbal Colón. Se subió a un barco que no era suyo, no sabía adonde iba, nunca supo adonde llegó y todo lo hizo con el dinero de otros. Eso es socialismo, concluía el estadista británico. España siempre se arruinó por las guerras y epidemias. En los últimos cuarenta años nuestra ruina llega de la mano de gobiernos socialistas. En el 36 sufrimos simultáneamente dos calamidades: socialismo y guerra. El primero, con su golpe de Estado contra la República y el amaño de elecciones, nos llevó a la segunda. De nuevo en el poder, un PSOE, en cuadrilla con el comunismo bolivariano y el golpismo separatista, pretende hacer de España una escombrera. Algo debe barruntar la Unión Europea que le ha tomado la matrícula a Pedro Sánchez, aprendiz de Tsipras, y a la farsa de presopuesto: dícese de la previsión de ingresos y gastos elaborada por un contable en presidio

La política que olvida fundamentos morales desemboca en malas artes. La contabilidad enviada a Bruselas es otra engañifa más de un Ejecutivo, cuyo presidente y algunos ministros han incurrido en la mentira. De un Gobierno trapisonda solo cabe esperar falsedad en palabras y números. Sus cuentas son cuentos. Sánchez se aupó a la presidencia prometiendo la regeneración de la política. Hay degeneración y demagogia. Una impostura en la que el cinismo alcanza proporciones que ponen cada día más de manifiesto hasta donde llega su amoralidad. La estabilidad es condición necesaria para políticas constructivas y reformadoras. La convulsión se ha adueñado de las instituciones por esa tremenda crisis de autoridad que padece el presidente soyyo, debido a su inconsistencia y al sometimiento a un conglomerado empecinado en dinamitar la nación. España está entregada a los regateos de golpistas y populistas.

Europa no termina de ver claro y transparente el presopuesto de Sánchez porque no es real ni creíble. El Gobierno español pretende gastar para obtener votos. Es la vieja receta del PER andaluz. Cambalache que termina en derroche. Y corrupción. El Gobierno de Andalucía es la prueba. El socialismo suele ser fanático en la creencia de elevar la presión fiscal como medio para ingresar dinero en las arcas públicas. Pero con menos impuestos y más dinero en el bolsillo de los ciudadanos las sociedades avanzan mejor. Es más acertado aumentar la producción que distribuir la renta, producir abundancia que repartir escasez. Apóstoles del socialismo se cayeron del caballo. Hace un siglo el socialista francés Marcel Sembat sostenía que equiparar las fortunas por medio de impuestos equivaldría a intentar allanar el Mont Blanc con una apisonadora. Sin realismo presupuestario no hay progreso social

Que guarde cuidado Sánchez con los ingresos y gastos. Al Capone llegó a la cárcel, no por sus andanzas delictivas, sino por su engañosa contabilidad fiscal. Probablemente, terminará expulsado del poder por ser tan manirroto como Zapatero, pero no por mentir en el Parlamento ni por plagiar una tesis. Y así no hay regeneración moral que valga.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 21 de octubre de 2018. https://www.elimparcial.es/noticia/194806/opinion/el-presopuesto.html

Hipotecas e hipotenusas

Con su empeño en controlar la sociedad, el socialismo siempre ha congujado dos verbos: gravar con “v” y grabar con “b”. Presionando con impuestos, grava el bolsillo de los ciudadanos. Adoctrinando en la escuela, graba la conciencia de las generaciones venideras. Así maneja y moldea a su antojo la vida pública en pos de su meta final: el igualitarismo, que en eso consiste el paraíso socialista: Todos iguales, pero pobres y mediocres.

Hace años, el PSOE creó un impuesto con que gravar la formalización de préstamos hipotecarios, identificando como sujeto pasivo del gravamen al prestatario Hoy el PSOE no suprime ni reduce el impuesto, sino que, mediante Real Decreto-Ley, ese vicio inconfesable del demócrata Sánchez, cambia al pagador, que pasa a serlo el prestamista, o sea, el banco. La Banca, un negocio inclinado siempre a buscar beneficios, terminará por compensar el coste de la tasa fiscal incrementando comisiones e intereses. Pero Sánchez, creyéndose pertrechado de una moralidad invulnerable, se disfraza de hercúleo redentor ante la injusticia. Para culminar la imagen épica de héroe en aras de los más necesitados, nos saturan con una noticia verosímil, que no verdadera, de que un francotirador planeaba asesinarlo por exhumar a Franco. El titular es redundante por lo de “franco”. ¿Vive España obsesionada con Franco? ¿Estará Franco tramando un golpe de Estado contra Sánchez? En fútbol, estaríamos ante un golpe franco, disfrutando de un magnífico racimo de francotiradores de élite, desde Messi a Ronaldo, pasando por Griezmann y Mata, que contra la Juve hizo honor a su apellido. El detenido, casi un veterano de El Aiún y algo presuntuoso de cintura para abajo, no mata, pero parece más peligroso para la convivencia que cualquier bárbaro integrante de los CDR. También peligra la democracia con esa exagerada vulgaridad demagógica de Iglesias, quien agita a las masas contra la Banca. Exigir la nacionalización de ésta, será otra de sus fechorías.

Tras revolver el patio de las hipotecas, Sánchez amenaza ahora con el caos en el área de las hipotenusas. Para el socialismo, la enseñanza es un coto de igualitarismo y laicismo vedado a la excelencia, al mérito y, por supuesto, a la religión. La reforma educativa que propone el Gobierno trae consigo algo de romántico y ridículo a la vez, representando ese colectivismo decimonónico, gregario y anticlerical que intenta asimilar la modernidad. Socialistas como Francisco Vázquez, reconocen que han cambiado los tiempos y que hoy no pueden defenderse los prejuicios que el socialismo tenía hace décadas contra la religión. La educación que propugna el PSOE es incompatible con la libertad. Será necesaria una enérgica defensa de la enseñanza libre. Los católicos, aliados indispensables en las luchas a favor de la libertad, pero también quienes desean seguir disfrutando de los beneficios de ésta, deben implicarse en esa defensa. En materia educativa, corresponden derechos al Estado, pero también a los padres e, incluso, a la Iglesia. El César será dueño de las hipotecas, pero no puede decidir sobre las hipotenusas. Mucho menos sobre las conciencias.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 11 de noviembre de 2018. https://www.elimparcial.es/noticia/195541/hipotecas-e-hipotenusas.html

Pluriespaña

De tanto viajar por España, Pedro Sánchez ha descubierto que es varia y es plural. Aserto sostenido también por José Antonio Primo de Rivera, pero revestido con la idea orteguiana de la unidad de destino en lo universal. Sobre Portugal, decía Ortega y Gasset, que cuando se separó de España tuvo que inventarse problemas para darse una razón de vivir independientemente, por lo cual se hizo navegante; y así Vasco de Gama y los otros no iban en busca de tierras sino buscando el alma de una nación que no la tenía; y la encontraron en el ansia y en la nostalgia de ultramar. Su oceánica unidad de destino en lo universal.

En el siglo XV la Cristiandad se organizaba sobre dos modelos políticos: la ciudad (Italia y Alemania), y el reino (España y Francia), que fue por entonces una fructífera innovación. A la fe debió España la trabazón de su temprana nacionalidad. Quinientos años después Sánchez, consolador del victimismo nacionalista que achaca a Franco todas sus desdichas, dice haber inventado la nación de naciones. Anacronismo que nos retrotrae al cantonalismo del XIX. La idea de España como unidad fue ya de los visigodos al conjugar la unión territorial de la Península con la unión jurídica y la unión religiosa, fruto ésta del III Concilio de Toledo. En 1492, los Reyes Católicos culminaron la tarea de los reyes godos facilitada por el hecho histórico y cultural del camino de Santiago, verdadero cordón umbilical entre España y la Cristiandad durante la mayor influencia islámica en la Península.

Sánchez debe seguir viajando y acercarse junto con Carles Puigdemont y los corifeos del separatismo precisamente a Toledo, y allí todos leer a Josep Pla y sus impresiones sobre esta ciudad castellana: Toledo es el vértice medieval castellano, es decir, el punto más sensible y la clave del arco de la ambición nacional. Es el centro de la Reconquista, que es como decir el centro histórico de este país, de la gran empresa nacional. Hay muchas personas que dicen que los catalanes no saben nada de historia. En Toledo, sin embargo, lo aprendemos todo en un instante. Deberíamos venir todos los catalanes a meditar, porque en esta ciudad todo se explica con claridad. En Toledo Pla permaneció inmune al síndrome del tren de cercanías que padeció, según Luis Racionero, la Generación del 98, consistente en coger el tren en Madrid por la mañana, bajarse en Ocaña, Segovia o Alcázar de San Juan, y confundir España con esas zonas.

España es una nación veterana (Para Kant era el país de los antepasados) y universal (los lugares más gloriosos para España están fuera de ella), que no gusta a esas Internacionales, a primera vista sofisticadas, pero rancias en esencia, a las que les molesta una España unida y católica. Cuando esas Internacionales se refieren a nosotros buscan siempre otro concepto. Les produce alergia pronunciar el nombre de España, nación que es varia y plural al mismo tiempo que una. No lo pueden entender.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 28 de mayo de 2017. https://www.elimparcial.es/noticia/178090/pluriespaa.html

Jueces de línea

Con tanto fútbol y tantas trincheras políticas a base de líneas rojas, la profesión de juez de línea está sobredimensionada en España. Los jueces, junto con los periodistas, representan el termómetro de las democracias, que funcionan si aquéllos son libres e independientes. En su adolescencia, el barón de Montesquieu, que ejerció como magistrado, se debatió entre seguir los estudios de medicina o de leyes. Se inclinó por el estudio del Derecho cuando reparó en que el error de un médico podría provocar la muerte del paciente, mientras que el de un juez creaba jurisprudencia. No quiso correr riesgos. Por estar más expuestos al graderío y al vocerío, los jueces de línea balompédicos, llamados simplemente asistentes, liniers o líneas (el orsay lo ha señalizado el línea, vocean los contertulios radiofónicos del balón), arriesgan mucho más que sus superiores jerárquicos, conocidos, en cambio, por sus dos apellidos: Ortiz de Mendíbil, Andújar Oliver o del Cerro Grande. No por ello, el asistente deja de enmendar la plana al árbitro (¡penalti y expulsión! ¡No me jodas, Rafa!).

El empedrado político español presenta un exceso de líneas rojas. Con tanta linde, la ciudadanía ya no sabe por dónde pisar. Es como una concentración parcelaria que en vez de basarse en la ley (De la ley a la ley), se supedita al instinto de supervivencia del delineante. El Comité federal del PSOE ha trazado líneas rojas a Sánchez; Ciudadanos a Rajoy; Rajoy a Rivera; el PP a Soria; De Guindos a Rato; los independentistas catalanes de izquierdas a los independentistas catalanes de derecha; Errejón a Iglesias; Iglesias a Errejón; González a Rajoy, Sánchez y Rivera; y hasta la FIFA, al Madrí y al Aleti en política de fichajes. ¡Qué valioso fichaje el de Sánchez como portero de discoteca para decir con su habitual empaque y sin fisuras “no” a la entrada del local! Cada línea roja requiere de su mantenimiento (una segunda mano de pintura), que es a la vez una ratificación (me ratifico en lo ya dicho, es la coletilla del portavoz), y precisa del correspondiente juez de línea que dictamine si se ha rebasado para aplicar la amonestación. No es lo mismo cruzar la línea que tirar la línea. Había un político al que apodaban tiralíneas por su sorprendente capacidad de alinearse con cualquiera.

Sobre el pavimento de la ciudad de Berlín los soviéticos pintaron en 1948 una línea divisoria para delimitar su sector y el de los aliados. En 1961 en lugar de dar una segunda mano de pintura, levantaron un muro. Terminaron disparando contra quienes pretendían saltarlo. Oponerse a la libertad siempre es un fracaso porque resulta imparable. El independentismo catalán, en su cerrazón por dividir y separar, se ha creído que la independencia se logra siguiendo las instrucciones como en esos juegos de manualidades de papel recortable: Córtese por la línea de puntos. De aquí en un año, Puigdemontel Eduardo Manostijeras del procés, necesitará un juez de línea. Y los jueces de verdad debieran juzgar y dictar sentencia.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 11 de septiembre de 2016. https://www.elimparcial.es/noticia/169436/opinion/jueces-de-linea.html

Buenos tiempos para los héroes.

De la mezcla de adversidad exterior y congoja interior nace una tragedia. Pero la tragedia queda descompensada si le falta ese humano contrapeso heroico, que al luchar contra la adversidad reviste a la tragedia de su clásica grandeza. El revuelto y azaroso estado en que vive inmersa la economía occidental, o sea, casi mundial, está alcanzando niveles de tragedia. Lo que comenzó siendo un cúmulo de errores y excesos en el ámbito financiero, acarreó una terrible crisis económica, ha generado serios problemas políticos y ha degenerado en crudos conflictos sociales. Asistimos a un proceso de descomposición que provoca la destrucción de todo tipo de valores y referentes tanto materiales como espirituales, y propicia la desorientación y desesperación humanas.

Este agrietado y ruinoso panorama fue descrito y denunciado por un hombre, ¿un héroe?, en su encíclica Caritas in veritate. Advirtió que no es moral reducir el patrimonio del hombre a sólo lo terreno, y, menos aún, apreciarlo a la luz de un interés únicamente individual. Censuró el otorgamiento de un sentido reverencial al dinero. Acusó a aquellas teorías erróneas que van ganando terreno, a esas falsas ideologías y engañosas promesas que pueblan las sociedades de espectros y pretenden esclavizar el mundo. Afirmó que la agonía económica que padecemos es consecuencia de graves dolencias morales. Que no es posible organizar la prosperidad económica olvidando su fundamento moral. Recordó que, para lograr una resurrección material, antes es preciso un renacimiento espiritual. Subrayó, en fin, que no se hará nada de profundo y duradero para un nuevo orden sin una previa llamada imperiosa a la conciencia de la persona y a sus virtudes. Y que los católicos somos indispensables en esta Humanidad en crisis y que, ante la situación actual, ni nos entregamos a los fáciles halagos de las concepciones optimistas del porvenir, ni nos rendimos a la desesperación.

Ese mismo hombre acude a una España en desazón, afectada por una radical crisis de valores y entregada a un peligroso nihilismo. Una España en la que muchos jóvenes viven con el deseo de aferrarse al seguro de la roca firme. Con la esperanza de encontrar un sólido liderazgo moral, empachados de mandamases expertos en reducir a escombros la política y la economía, la sociedad. Una juventud que clama porque en épocas como las actuales no sea manipulada con complicadas y espesas tesis, sino aleccionada con realidades tajantes. No sea víctima de ocurrencias, sino dotada de ideas claras. No sea engañada por aventureros y soñadores, sino enseñada por auténticos maestros de la acción pacífica y constructiva.


Ese hombre, consagrado a la oración y al estudio, pero sin aislamiento del mundo y de su época, de espíritu humilde pero paciente, constante y perseverante, visita una España necesitada de una nueva evangelización. Se reúne con una juventud a la que es preciso oír, pero también con urgencia hablar. Con seguridad que su pregón será toda una llamada fuerte a conciencias dormidas para despertar entendimientos y corazones. Un resplandor que ilumine las verdades eternas y la belleza de espíritu, y así gozar de auténtica libertad. Ojalá que el testimonio del Papa Benedicto XVI en la JMJ de Madrid 2011 sea fecundo y propicio para sembrar héroes en un mundo moderno.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el Semanario Alfa y Omega el 11 de agosto de 2011. https://alfayomega.es/la-leccion-del-santo-profesor/

La fiera

Ojala Mariano Rajoy conozca la máxima de Saavedra FajardoLas vías medias ni granjean amigos ni te quitan enemigos. El pulso del independentismo es triple: contra la españolidad, la legalidad y la contabilidad. Triple debe ser la respuesta. Al primero respondió ejemplarmente el Rey y la ciudadanía, ésta inundando con hondo sentimiento plazas y avenidas de España para ondear la enseña nacional, arriada desde el último triunfo de La Roja. Al tercer pulso responden eficientemente empresas y comercios abandonando una inestable Cataluña. Se espera que el Gobierno de la nación y la Judicatura respondan al segundo pulso aplicando la Constitución y el Código Penal concluyendo con el ingreso en prisión de los salteadores del orden y la ley. Todo final distinto empieza a ser repudiado mayoritariamente por la opinión pública.

No somos como los golpistas del 23-F pues no portamos armas, se justifican los secesionistas. El odio es una insoportable arma de destrucción masiva. Más peligroso que una pistola que nunca llega a dispararse. Un virus que el independentismo ha inoculado en la sociedad catalana a través de libros de texto, columnas periodísticas y ondas en el aire. Los niños, que aprenden antes a decir no a España que sí a Cataluña, se agazapan al llegar a adultos en las trincheras de un odio subvencionado contra lo español. Sí, necesitamos una reforma constitucional, pero para frenar el desmantelamiento de la unidad del país. El nacionalismo catalán, siempre tensando la cuerda y viviendo del cuento, ha sido como una fiera a la que, por no enfurecerla, el constitucionalismo ha concedido casi todo y permitido todo, incluso mancillar nuestros símbolos. Ahora que nos enseña sus garras no debemos dejarnos devorar por ella. Algunos políticos han sido, tiempo atrás, muy cándidos, lo que sumado a la vulnerabilidad de las democracias expuestas a toda suerte de fraudes, da como resultado auténticas candideces democráticas como esa de abrir las puertas al enemigo y espantarse después al encontrarlo dentro. Hemos sido mecidos por ilusiones maravillosas sobre el consenso y la reconciliación, adormilados en la confianza de los procedimientos democráticos para luego ser bruscamente despertados por graves problemas erizados de grandes dificultades.

Hora es de formular un pliego de cargos contra el independentismo cuya lectura resulte aplastante y deje al descubierto la pérfida maquinación, la mala fe y ese maquiavelismo, que es más bien cinismo, de un proceso manejado a sabiendas de no cumplir jamás con el compromiso contraído de respeto al orden constitucional. Como hay que temer al hombre de un solo libro, también hay que temer al hombre de un solo tema. Puigdemont vive perturbado únicamente con el delirio de la independencia. Su sublevación tiene más de soberbia ridícula que de protesta gallarda. Y tras hacer sus más deslumbrantes promesas tendrá que registrar sus más tremendos fracasos. Pero quien se coloca fuera de la ley ha de soportar todo el peso de ésta. Ya lo decían los romanos, quien no sabe vivir bajo la ley, o es un dios o es una fiera.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 15 de octubre de 2017. https://www.elimparcial.es/noticia/182561/opinion/la-fiera.

Falsa tolerancia

Mucho me temo que los magistrados del Tribunal de Estrasburgo al dictaminar que el crucifijo en la escuela viola el derecho de los padres a educar a sus hijos y la libertad religiosa de los alumnos, acaso, no manejen con soltura el concepto clave para abordar la cuestión: la laicidad. Este término supone que el Estado no profesa ninguna religión y que el mismo Estado no puede reducir las creencias religiosas a la esfera privada. Si además de comprender esto, los juristas de la Corte de Estrasburgo se hubieran esforzado en entender que el laicismo no es una postura neutral hacia la religión, sino que es la negatividad de la religión al relegar ésta al interior de la conciencia, la resolución dictada hubiera tenido un contenido muy diferente. Pero la sentencia es la que es. Ahora cabe preguntarse si resultará aplicable solamente al crucifijo o a símbolos religiosos de otras confesiones.

Cesare Mirabelli, ex presidente del Tribunal Constitucional de Italia, tiene escrito que la presencia de la religión en el ámbito público es un principio de libertad. Reflexiones como esta contribuyen a que la natural influencia de las religiones en lo temporal se perciba como un fenómeno enriquecedor y saludable. Sin embargo, va extendiéndose la tendencia a juzgar la fe católica como elemento pernicioso que debe catalogarse como un vago sentimiento íntimo del hombre, proclamándose, al mismo tiempo, una falsa tolerancia que termina por admitir el valor relativo de todas las religiones.

Lo sorprendente es que un tribunal europeo haya alumbrado una resolución tan huérfana de sintonía con la historia. El gran desenvolvimiento de Europa es obra del cristianismo. El poeta anglosajón T.S. Eliot nos apresuraba a hacer una Europa y hacerla bien pronto. Y sin el cristianismo, decía, no hay Europa.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario ABC de 4 de noviembre de 2009 con la errata “magistrurgo” en lugar de “los magistrados del Tribunal de Estrasburgohttps://www.abc.es/opinion/abci-falsa-tolerancia-200911040300-1131177379734_noticia.html

Familia y parroquia

Recientemente, en la que ha sido su primera carta como arzobispo de Madrid, Carlos Osoro realza la misión de la parroquia como “comunidad de comunidades” y nos exhorta  a actuar en ella “con palabras y obras” en lo que es la “historia viva de una Iglesia que se hace presente en medio de los hombres”. Otro prelado, el arzobispo Vicenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, nos advertía en los prolegómenos del XVI Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas, de la necesidad de un cambio de mentalidad: “concebir toda la pastoral de la Iglesia en términos de familia”. La celebración del Domingo ha de ser, según Paglia, “el centro de la relación parroquia-familia”.

En este agitado tiempo la Iglesia católica continúa desarrollando serenamente su acción. Con prudencia, pero sin perder de vista los apremios que exige el momento, encuentra hoy nuevos campos de apostolado y proporciona, como fuente de esperanza, orientaciones a nuevos y acuciantes problemas. Sería una gran falta de los cristianos del siglo XXI dejar que el mundo se haga sin nosotros, sin Dios o contra él. Por eso es crucial vigorizar la vida parroquial. La parroquia es acción misionera, una pequeña cristiandad, reducida en lo material, pero infinita en lo espiritual. No es solo una reunión de personas que van a misa, sino una comunidad plena de vida, de oración colectiva, de liturgia colectiva. Es una familia de familias, organización viva que actúa. Bajo sus auspicios, esa unidad asiste a los actos de la vida religiosa, a los bautizos, a los matrimonios y defunciones; a las alegrías y tristezas de los feligreses.

Hacia dentro y hacia fuera se vuelca el tesoro apostólico de la parroquia. Y ésta sale a las calles, entra en los lugares de trabajo y recorre los hogares. En una palabra, la Iglesia quiere un cristianismo que camine por el espacio público para llevar el espíritu católico y el mensaje revelado, cuya característica es la universalidad, hasta los últimos rincones de la sociedad. Porque la religión no es cuestión solamente de los cristianos reunidos en las iglesias, sino de tener cristianos en la política, en la empresa, en la escuela, en la cultura, en los medios de comunicación y hasta en los deportes.

La coherencia entre los ámbitos familiar y parroquial proporciona una resistencia pétrea ante vientos de crisis. Donde la familia permanece sana la sociedad puede reconstruirse a pesar de haber sufrido quebrantos, ya que los cimientos están firmes. Pero donde la familia se disuelve la sociedad, sea cual fuere su aparente solidez, está amenazada de próxima ruina. De ahí, el tesoro que representa la familia, como Iglesia doméstica, en tiempos convulsos. Nada hay más avanzado para el progreso del hombre que robustecer la institución familiar. Lo dijo Monseñor Paglia “hace falta una nueva primavera de las familias cristianas que están llamadas a devolver el vigor familiar a un mundo triste que vive en el individualismo”.  

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el Semanario Alfa y Omega el 4 de diciembre de 2014. https://alfayomega.es/familia-y-parroquia/

España en llamas

La Canciller Merkel no gana para sustos. A Grecia le siguió el Brexit, después Trump, hace unos días, Italia. Y ahora, España, que lleva dando sobresaltos a esta Europa de estructuras y procedimientos germanizados desde la época del manirroto Zapatero. Con la primera legislatura de Rajoy, llegó la calma chicha, alterada por el soniquete de Emotional Rescue, mítica canción arrebatadora y rescatadora de los Rolling Stones. Volvió la inquietud con la demora de la segunda legislatura, que pareció que sería la primera de Pedro Sánchez, con Pablo Iglesias de segundo, cuando en realidad hubiera sido el primero. Finalmente, echó a andar un nuevo Gobierno del PP. Las cifras de la recuperación no han evitado que salten las alarmas: ansiedad por cumplir con el déficit, desasosiego por el envite independentista en Cataluña, preocupación por los casos de corrupción, y, finalmente, nueva zozobra ante la ocurrencia del evanescente Sánchez, que sigue empeñado en acceder al Gobierno por puertas traseras en oscuros callejones, y no por la portada principal en espaciosas y vistosas avenidas electorales.

Cuenta Pabón en su libro La revolución portuguesa, la siguiente anécdota: Se presentaba en París una obra. Un estruendo entre bastidores interrumpe el diálogo “¿Qué es eso?” pregunta un personaje. “Voy a ver”, responde otro, que salía a informarse, para volver diciendo: “No es nada; es una revolución en Portugal”. Tantas veces como se repetía el estruendo, se reproducían la información y la respuesta. Algo así deben estar protagonizando en Berlín la Canciller alemana y sus ministros ante los escándalos que llegan de España. “No es nada; es el cisco (el circo) español”.

Aparta que me tiznas, dijo Sánchez a Rajoy. La oposición en un Parlamento debe cumplir su misión de oponerse y de interpelar al Gobierno mediante la conciencia del peligro. Pero no ser ella misma un peligro. Un Gobierno de Sánchez comandando a la antiEspaña sería como subirse a una montaña rusa con el andamiaje escaso de tornillos. El gallego ya no tiene la sartén por el mango. Ni siquiera por la naranja. Pero el socialista puede volver a meter el cazo. Poner el cazo es más propio de los EREs andaluces. Las siglas del PP pierden confianza y credibilidad con la rapidez con que se disuelve un azucarillo. Algunos de sus eficaces ministros de ayer son vulgares delincuentes hoy. Es la hora de los ciudadanos dicen los de Ciudadanos. ¡Elecciones ya!

España debe buscar rápidamente una salida ante la corrupción y el populismo, que es también otra forma de corrupción. Muchos españoles tienen la sensación de caminar directamente hacia el precipicio. ¿Aún es posible que una mano agarre antes de caer? Diferenciaba el pensador Romano Guardini entre “poder”, como verbo, y “poder”, como sustantivo. En las verdaderas democracias ha de prevalecer el verbo como sinónimo de lograr, alcanzar, conseguir…en aras del Bien Común. En caso contrario, el sustantivo tiene tendencia al provecho propio y es sinónimo de corrupción.

Artículo publicado por Raúl Mayoral Benito en el diario digital El Imparcial el 27 de mayo de 2018. https://www.elimparcial.es/noticia/190118/espana-en-llamas.html

Peregrinos de la educación

El filósofo Ortega y Gasset en su libro España invertebrada narra la anécdota de un viajero inglés por tierras españolas que al llegar a una ciudad pregunta a un habitante por la localización de una calle cualquiera a la que debía dirigirse. El preguntado no sólo le dijo qué camino debía tomar, sino que, además, le acompañó hasta el mismísimo lugar. Quedó muy sorprendido el visitante preguntándose si es que los españoles no tienen nada mejor que hacer más que acompañar a la gente a encontrar su destino. A partir de esta anécdota, Ortega reflexiona sobre si los españoles tenemos o no destino, tenemos o no una misión.

Es muy conveniente que las personas, las instituciones o, incluso, las naciones, tengan un destino, una misión, un fin al que dirigirse y por el cual se afanen. Ello nos enseña, apreciado lector, la diferencia entre peregrino y vagabundo. El peregrino es hombre en camino, sabe a dónde va. Planifica su travesía. Al llegar a las encrucijadas sabe qué dirección tomar. Si la pendiente es dura, no se arredra. Continua adelante aunque le cueste. Sabe lo que quiere y quiere lo que sabe. El vagabundo da pasos sin norte, presa de la indiferencia o el desconcierto. Deambula, no camina; carece de plan de ruta. En las encrucijadas, o toma la dirección derecha o la izquierda, o retrocede si el terreno es arduo o enrevesado.

El camino de la educación lo es para peregrinos. Nunca para vagabundos. Por él vamos hacia el encuentro con lo mejor. Avanzar cada día por la senda trazada y acertada no nos convierte en los mejores, pero sí nos hace cada día mejores.